Enfado y Protocolo.

Como el protocolo puede poner en un compromiso al Presidente de una Comunidad Autónoma.

 

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Todo está saliendo a pedir de boca en los días posteriores a la inauguración del "Village de la Volvo Ocean Race" que tiene como Alicante su puerto de salida.

Este fin de semana miles de personas "in situ", y millones de espectadores a través de la televisión, han sido testigos de la primera de las regatas costeras previas a la salida de la vuelta al mundo a vela... como también han sido espectadores de excepción los "vips" que estos días se dan cita en Alicante, incluyendo claro está a los políticos con el presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, a la cabeza, ejerciendo de anfitrión -junto a la alcaldesa, Sonia Castedo- de los muchos visitantes institucionales congregados.

Diversión y amabilidad que se han visto eclipsadas por un pequeño incidente provocado por el protocolo propio de la competición. Por el protocolo y por la poca operatividad del equipo de asesores del presidente Camps que no han sido un ejemplo de habilidad a la hora de defender la figura institucional del presidente de la Comunidad Valenciana.

Todo ha ocurrido una vez concluida la regata, momento en el que la organización ultimaba el protocolo del acto de entrega de premios y relegaba al presidente autonómico a hacer entrega del último de los galardones, el correspondiente al tercer premio. Del primer premio hacía entrega el Príncipe Carl Philip de Suecia y del segundo se hacía cargo un directivo de Volvo.

Esa era la decisión de los organizadores y no se iba a mover. Mientras esto se producía, Francisco Camps disfrutaba a bordo del "Telefónica Negro", barco español que por cierto llegó el segundo a meta. A la llegada a puerto, y según informan algunas fuentes de la Volvo Ocean Race, los asesores del presidente le informaron del "contratiempo" de no ser él quien entregase el máximo galardón. El enfado de Camps, según las mismas fuentes, fue monumental -tanto con la organización como con sus propios asesores- y decidió abandonar Alicante sin esperarse al acto posterior tal y como estaba previsto en su agenda.

La "espantada" presidencial sorprendió a los presentes que escucharon una versión oficial que poco tuvo que ver con la realidad: "el presidente se ha ausentado porque ha sufrido una pequeña indisposición, un mareo, tras disputar la regata".