Protocolo y nervios en la cena con el príncipe Felipe.
El príncipe Felipe tuvo que enfrentarse por primera vez en su vida monárquica a una amplia audiencia de jefes de Estado.
La Presidenta fue la única oradora en representación de América latina.
Se notó un claro nerviosismo en ambas partes. El escenario y el momento lo justificaban. El príncipe Felipe tuvo que enfrentarse por primera vez en su vida monárquica a una amplia audiencia de jefes de Estado. Y Cristina Kirchner fue la única oradora en representación de los mandatarios visitantes. Ambos hablaron del futuro, de unidad entre los pueblos y de la crisis económica mundial. A los dos se los vio rígidos por el protocolo que imponía el lugar y la ocasión.
Fue en la cena de honor que brindaron los reyes de España a los más de 60 presidentes que integran la VI Cumbre de la Unión Europea y América latina. En rigor, los reyes fueron los grandes ausentes. Sucede que el rey Juan Carlos se encuentra convaleciente luego de una operación y faltó con aviso. Pero envió a su hijo como responsable del mensaje monárquico para los jefes de Estado.
Cristina Kirchner ingresó en el Palacio Real acompañada por su esposo Néstor Kirchner, pero estuvieron en mesas separadas. La Presidenta lucía un vestido con brillantes y el ex mandatario no se ató al protocolo real, sino que asistió vestido con un traje oscuro.
Discursos.
El príncipe de Asturias leyó un discurso de dos páginas. Pero su lectura por momentos se trababa y se lo notaba nervioso . No sólo tuvo que reemplazar a su padre en una ceremonia, sino que debió encarar las expectativas de más de 60 presidentes.
El príncipe instó a los países de Europa y de América latina a "imprimir un mayor alcance y solidez" a las relaciones entre las naciones presentes
El príncipe instó a los países de Europa y de América latina a "imprimir un mayor alcance y solidez" a las relaciones entre las naciones presentes. No se salió ni un instante del discurso que entregó previamente la Casa Real.
Cuando le llegó el turno a la presidenta argentina, se limitó a los escasos cinco minutos que exige el protocolo real. Cristina Kirchner no leyó su discurso, sino que improvisó el mensaje, como es su costumbre. Fue la única oradora por su calidad de presidenta del grupo América latina y Caribe.
De pie y rodeada por el príncipe, los presidentes Evo Morales (Bolivia) y Alvaro Uribe (Colombia), entre otros, ofreció un saludo especial dirigido a Juan Carlos de Borbón, a quien calificó de "un rey muy próximo". Le expresó a su hijo, el príncipe: "Dígale que lo extrañamos mucho y que se restablezca pronto". Luego, la Presidenta, a quien también se la vio un tanto nerviosa a diferencia de otros discursos en los que se maneja con soltura, planteó la necesidad de que las crisis actuales sirvan para "generar una apertura mental y una flexibilidad intelectual" entre los gobernantes. También mencionó la búsqueda de un "mercado más humano" y pidió brindar por el presente de la Unión Europea y de América latina.