Antonio Sancho, manual de protocolo.
Su saber en esta materia, dentro siempre de una prudencia, discreción y naturalidad, ha hecho situar a la Diputación Provincial de Cádiz, en temas de protocolo, en una de las instituciones con más prestigio de España.
Antonio Sancho, manual de protocolo.
Su saber en esta materia, dentro siempre de una prudencia, discreción y naturalidad, ha hecho situar a la Diputación Provincial de Cádiz, en temas de protocolo, en una de las instituciones con más prestigio de España.
La figura de Antonio Sancho Pedreño, va unida al conocimiento del protocolo y los buenos modales. Su saber en esta materia, dentro siempre de una prudencia, discreción y naturalidad, ha hecho situar a la Diputación Provincial de Cádiz, en temas de protocolo, en una de las instituciones con más prestigio de España. El dominio de las disposiciones legales en materia de protocolo oficial, es parte del éxito de cualquier reunión o acto y comprende las normas que deben cumplir los organismos de Estado, de las comunidades autónomas, de las entidades locales, las corporaciones públicas y las empresas y entidades privadas, así como las relaciones sociales y familiares.
Antonio desde muy pequeño, ya se encontraba familiarizado con el protocolo, ya que por herencia familiar tanto su padre José Luis Sancho como su tío Antonio Sancho, ocupaban los cargos de jefe de mayordomía y ceremonial en el Palacio Provincial.
El protagonista de este artículo nació el diez y seis de junio de mil novecientos cincuenta y tres en la Plaza del Falla, en Cádiz. Sus primeros estudios lo realiza en el Colegio de la Palma a cargo de la monja Sor Isidora, siguiendo su formación luego en la Academia de San Francisco a cargo de Antonio Agra y finalizando su etapa escolar en el Instituto de Columela. Seguidamente hará un cambio importante en su vida, que le marcará e influirá en su futura etapa profesional.
Con trece años se traslada a Antequera donde ingresa en el Seminario Seráfico de los Hermanos Menores Capuchinos y permanece seis años. En el seminario aprende y práctica el Ceremonial Eclesiástico, del cual está basado gran parte del protocolo, y que le servirá en un futuro, para resolver muchas situaciones de su etapa profesional. Una vez que abandona la vida del seminario, se queda en Antequera donde estudia Magisterio, en la Escuela Normal de Magisterio María Inmaculada, y tras finalizar, se traslada a Cádiz donde comienza su etapa laboral en el Hospital de Mora Provincial, dependiente de la Diputación de Cádiz, como Inspector de Sala.
Ya hacia mil novecientos ochenta y tres, se presenta a oposición libre y obtiene la plaza con la calificación de sobresaliente, como Jefe de Mayordomía y Ceremonial, en la Diputación. Su formación y conocimientos en temas protocolarios hacer que que diferentes instituciones le consulte cuándo van a organizar un acto, acerca del protocolo y la forma de recibir y sentar a las diferentes autoridades. El protocolo de la Casa Real, siempre que hay algún acto en la provincia que lo presida alguno de sus miembros, le consulta a Antonio Sancho en temas locales.
En el año 1990 se unifica Mayordomía y Ceremonial con Relaciones Públicas y Protocolo, por lo que es designado para ostentar la jefatura de ambos servicios que desempeña hasta la actualidad.
Entre los diferentes estudios de formación destaca el curso de Relaciones Públicas y Protocolo, en el Instituto de estudios de Administración Local en Madrid, y su diplomatura en Genealogía, Heráldica y Nobiliaria por el Instituto Salazar y Castro de Madrid, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
Persona servicial, siempre su saber y sus estudios los ha puesto al servicio de cualquiera que lo ha necesitado. Fue organizador y profesor de la I,II, III y IV Jornadas de Protocolo para las Entidades Locales de la Provincia de Cádiz, siendo la Diputación gaditana pionera en este tipo de evento a nivel nacional. Junto a Ignacio Moreno, Jesús Bernabé, Juan Castellví, Fernando Lepiani, Juan Benavides y María José Rodríguez Hierro, entre otros, puso en marcha la Asociación Provincial de Relaciones Públicas de la Provincia de Cádiz. Su sapiencia en esta materia ha traspasado las fronteras y en el año 2000 es nombrado presidente de la Confederación Iberoamericana de Relaciones Públicas, participando como profesor y ponente en congresos y cursos tanto a nivel nacional como Iberoamericano.
También ha impartido cursos de protocolo en la UNED en el centro de Denia (Alicante), durante varios años.
Muchas instituciones y asociaciones han premiado su sabiduría y sus servicios. Entre los muchos galardones posee la Cruz del Mérito Naval con distintivo blanco, por las colaboraciones y trabajos realizado con el Ministerio de Defensa; la Cruz de la Orden del Mérito Militar; reconocimiento del Pleno Extraordinario del Ayuntamiento de Cádiz, por la colaboración en los actos del V Centenario del Descubrimiento de América y el Diploma de Honor del Oscar de Oro de Comunicación de los Cuadernos de Publicidad e Información de Madrid, en el apartado Prestigio Profesional en Protocolo en el año 1993.
La fidelidad en su profesión, ha hecho que sea hoy uno de los gaditanos más admirados y respetados, de todas las instituciones.
Felizmente casado con María Dolores Romero del Río, tiene dos hijos Paula y David, que no han seguido con la tradición familiar de su padre y abuelo, y se han dedicado a los estudios de empresariales e informática.
Una de las cualidades, que mejor lo define es la forma de tratar a todo el mundo igual, independiente de cualquier idea, afiliación o situación social.
En su etapa profesional ha conocido a siete diferentes presidentes de la Diputación de Cádiz; Antonio Barbadillo; Gervasio Hernández Palomeque, Alfonso Perales, Jesús Ruiz, Rafael Román, Francisco González Cabaña y José Fernández Loaiza, y siempre les ha tratado con el respecto y el servicio que le caracteriza.
Dentro de su cargo, lleva el mantenimiento de los diferentes edificios que dependen de la Diputación, siempre dando ejemplo a sus colaboradores, ha conseguido que sea unos de los departamentos más codiciados y apreciados del edificio.
Profesionales como a Antonio Sancho y su equipo, engrandecen a la provincia en el arte de recibir.