Cotillear. ¿Por qué nos gusta cotillear? La imprudencia al hablar (con vídeo)
Aprender a hablar es aprender a escuchar y a callar. En cualquier tipo de conversación hay que saber dar las dosis justas de cada ingrediente: hablar y escuchar
Cotillear, chismear y chismorrear sobre otras personas
Ser prudentes cuando hablamos de otras personas. Hablar en el momento apropiado. El valor de las críticas
Cotillear y hablar sobre los demás. ¿Con buenas o con malas intenciones?
Las personas que son prudentes suelen ser personas reflexivas y discretas que se piensan muy bien lo que van a decir. Son personas que miden las consecuencias que pueden tener lo que van a decir. También, suelen ser personas muy empáticas. Personas que se ponen en el lugar de la otra persona para tratar de sentir el impacto que lo que se cuenta puede tener en esa persona. Conocer gente nueva no quiere decir tener que contarle todo sobre nuestra vida o aún peor, sobre la vida de los demás. Eso es cotillear, una cosa que nos gusta demasiado.
Aprender a hablar, no a cotillear o chismear
Las personas prudentes también son muy educadas y valoran mucho el respeto y la lealtad. Por eso no son personas a las que les guste cotillear. La timidez y la prudencia no son lo mismo aunque puede tener una cierta relación. El tímido, debido a su timidez suele ser prudente por esa condición pero puede que no lo sea por considerarlo un valor importante.
A una persona prudente le valora mucho mejor el resto de su entorno. Sabe que una persona discreta es una persona a la que se le pueden confiar cierta información que no se daría a otro tipo de personas.
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Gestionar ese intercambio de información no suele ser muy sencillo. Hay personas a las que les gusta destacar y utilizan cierta información "confidencial" para hacerse "valer". Pero esa forma de actuar suele pasar factura a la larga. Si nosotros cotilleamos, alguien también lo hará sobre nosotros. Cotillear tiene un efecto 'boomerang' en muchos casos.
Patricia Ramírez, colaboradora habitual del programa de RTVE "A punto con la 2", nos ofrece los siguientes consejos para ser prudentes y enseñar a nuestros hijos a ser prudentes. Nos enseña a que cotillear no es una buena opción para nuestras vidas.
Consejos para ser prudentes al hablar y dejar de cotillear
1. ¿Es el lugar apropiado para hablar?
Por ejemplo, en el trabajo no sacar temas personales. O en una reunión social, como una boda, contar alguna información del trabajo o algún suceso familiar que no viene al caso.
2. ¿Traiciono a alguien? ¿Soy desleal?
Nos tenemos que preguntar si podemos molestar o traicionar a una persona que ha confiado en nosotros. No merece la pena hacerlo, entonces.
3. Contenido del mensaje
¿Es muy íntimo lo que voy a contar? Cuidado con revelar intimidades. Los secretos de alcoba y otros íntimos mejor que sigan siendo secretos. Ya sabes el refrán: "Me guardarás un secreto amigo... mejor me lo guardas si no te lo digo".
4. ¿Tengo permiso para contarlo?
La información aunque no sea personal o íntima no siempre tiene porqué ser pública. Un nuevo negocio, un nuevo trabajo, un cambio de domicilio, una actividad social, un deporte, etc. puede que no le guste a la persona interesada que se sepa esa información.
5. No hablar por hablar
El silencio tiene mucho valor. El imprudente suele hablar de todo y más de la cuenta, en muchas ocasiones. Es importante saber escuchar y guardar silencio. Aprender a hablar cuando sea conveniente y aprender a callar y escuchar cuando sea preciso. Esa es la ecuación.
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6. No dar opiniones o consejos que no nos han pedido
La gente imprudente suele aconsejar más de la cuenta. La persona prudente pregunta si necesita ayuda o quiere alguna sugerencia al respecto de un tema en concreto.
7. Ojo con las críticas
¿Aportan algo positivo? Las críticas deben ser constructivas, que aporten un valor no que hagan daño o molesten.
8. ¿Desearíamos escuchar esa información que vamos a contar si viniera de otra persona?
Lo que voy a contar de otro ¿me gustaría que otro lo contara de mí? No hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti.
9. No presumir de favores y ni hacer ostentaciones
No se presume de ayudar a los demás o de ser una persona muy dispuesta a ayudar a los demás. El valor de la discreción en este caso es muy importante y suele estar muy bien valorada.
¿Por qué nos gusta cotillear? Hablar de los demás
Aspectos positivos y negativos del cotilleo
El cotilleo ha formado parte de la evolución de la humanidad desde que tenemos el lenguaje. Cuando hablamos, una de las cosas sobre las que hablamos es sobre los demás.
Al igual que ocurre con las críticas, el cotilleo puede ser algún comentario sin ninguna maldad o bien puede tener mala intención. En este último caso puede guardar una cierta relación con la envidia.
La doctora en psicología Laura Rojas-Marcos nos ofrece una amena explicación sobre el cotillero y el porqué casi todo el mundo cotillea. El magnífico espacio de RTVE "La aventura del saber" nos ofrece este estupendo programa.
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