Puntualidad: ¿por qué llegamos tarde? La impuntualidad y sus causas (con vídeo)
Las razones para llegar tarde pueden ser múltiples. La impuntualidad puede acarrear consecuencias negativas para las personas que no son puntuales
¿Por qué llegamos tarde? La falta de puntualidad
Llegar tarde es una falta de respeto hacia los demás
La impuntualidad es quizás uno de los temas más tratados en el mundo del protocolo y la etiqueta. Las reuniones de negocios, las ceremonias -como una boda-, los actos -como una entrega de premios-, las fiestas, etc., etc. tienen un horario que debemos cumplir. Llegar tarde es una falta grave y universalmente considerado como un gesto de mala educación
Una de las principales causas de la impuntualidad es la falta de orden, la ausencia de una buena programación. Una persona impuntual hace perder el tiempo a los que son puntuales. El impuntual siempre suele tener una excusa para tratar de justificar su impuntualidad.
La puntualidad deber ser, y para mucha gente lo es, una filosofía de vida. Las personas puntuales estructuran todas sus actividades y tareas para conseguir sus objetivos sin ser impuntuales. Por el contrario, los impuntuales hacen todo lo contrario, ponen excusas de todo tipo para justificar que por mucho que lo intenten no pueden llegar puntuales. La impuntualidad para muchas personas se convierte en un hábito.
Excusas y motivos de los impuntuales
1. El desorden. Una persona desordenada no controla su tiempo y sus tareas. Deja para el último momento cosas, se olvida de otras, etcétera y eso hace que al gestionar mal su tiempo no suela ser puntual.
2. Exceso de compromisos. Hay personas que asumen tantos compromisos que son casi imposibles de cumplir. Tratan de 'quedar bien' con todo el mundo y al final son impuntuales reincidentes.
3. No respeta el tiempo de los demás. Las personas que son impuntuales no piensan en que están haciendo perder el tiempo a los demás. Les falta empatía y ponerse en el lugar de los demás, pero cuando les pasa a ellos... hay una cita de Bertrand Russell que dice "muchas personas que son impuntuales por naturaleza, se molestan enormemente cuando son ellos los que esperan".
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4. Provocar. La impuntualidad puede ser una forma de provocación, de llamar la atención, de menospreciar, etcétera.
Consecuencias de la falta de puntualidad
En las citas o compromisos entre amigos pueden llegar a disculparte o a perdonarte, aunque siguen siendo una falta de educación llegar tarde.
En el ámbito profesional las consecuencias pueden llegar a ser mucho peores, como la pérdida del trabajo, la pérdida de un cliente, la pérdida de un buen contrato, etcétera.
Otra de las consecuencias es la pérdida de credibilidad. La gente ya no te cree que vayas a llegar a tiempo cuando eres una persona impuntual y reincidente.
Reestructuraciones de agenda. A una persona impuntual le suele ocurrir el 'efecto dominó'. Como llega tarde a su primera cita, el resto de las citas o reuniones posteriores sufrirán este retraso y tendrá que reestructurar y modificar muchas de las actividades posteriores.
El problema de la impuntualidad es que termina contagiándose. Cuando sabes que una persona es impuntual, tú tampoco harás por llegar a tiempo y al final la mayoría se vuelven impuntuales.
Los tiempos de cortesía
Llegar tarde es una falta de educación y de respeto. Ofrecer un tiempo de cortesía es "reforzar" al impuntual -e incluso podríamos decir que es un "castigo" para el puntual-. Las personas puntuales se han esforzado por llegar a tiempo. Es posible, que las personas puntuales hayan dejado de hacer alguna otra tarea o actividad por cumplir con el horario previsto para ese encuentro o reunión. El impuntual no respeta el tiempo de los demás.
La persona impuntual, siempre suele tener una excusa
Cómo comportarse como una persona puntual
1. Llevar reloj. Es mejor para tener un mejor control del tiempo. Facilita el mirar la hora.
2. Olvidadizos. Ponerse una alarma, una nota o cualquier otro tipo de recordatorio -como un nudo el pañuelo, por ejemplo-
3. Haz planes posibles. Las agendas con reuniones y actividades cada poco tiempo suelen ser imposibles de cumplir. Hay que programar agendas más 'realistas'.
4. Levantarse cuando suena la alarma. Si tenemos el hábito de 'regalarnos' unos minutos más en la cama, en una siesta, etcétera, es fácil que nunca lleguemos puntuales.
5. Calcular el tiempo de cada actividad. Hacer una estimación del tiempo que nos lleva cada tarea para calcular el tiempo que nos queda disponible entre una y otra actividad.
6. Analizar en qué perdemos el tiempo. En muchas ocasiones no analizamos en qué perdemos el tiempo: leyendo un periódico, en un trayecto, en hablar por el teléfono celular -móvil-, etcétera.
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7. Hacer el propósito de llegar antes. Hay que tratar de llegar un poco antes si somos impuntuales. Si llevamos a cabo este propósito durante un tiempo, generaremos un hábito y podemos llegar a ser puntuales.
8. Planifica con un margen de error. El tráfico suele ser la disculpa más utilizada. Hay que planificar las reuniones y actividades con un margen de error para cubrir la mayoría de los imprevistos.
Hay que tener una buena organización de la agenda para evitar ser impuntual. La psicóloga Patricia Ramírez Loeffler nos habla de la impuntualidad y de cómo poder dejar de ser impuntuales. Solo es cuestión de organizarse bien.
Patricia Ramírez Loeffler, psicóloga y escritora, colaboradora habitual del magnífico programa de RTVE "Para todos la 2", nos ofrece unos estupendos consejos para ser puntuales, para no llegar tarde.
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