Carta a un amigo pidiéndole una colocación.
Carta y su correspondiente contestación a un amigo pidiéndole una colocación.
Carta a un amigo pidiéndole una colocación.
Sr. D. J.D.C.
Valencia.
Gandía 1.º de marzo de 185..
Querido amigo:
Después de mil contratiempos y desgracias que me permitirás no mencione en este lugar, pues que no harías más que afligirte me hallo en una situación sumamente precaria. Falto de toda suerte de recursos, y lo que es más con una numerosa familia, me hallo materialmente en mitad de la calle sin saber a qué cosa apelar, ni qué medio discurrir a fin de ganarme honradamente la subsistencia y la de mi esposa e hijos.
Las circunstnacias de haber pertenecido a una buena familia y haber disfrutado hasta estos últimos tiempos de todas las comodidades de una envidiable posición, hace que me vea al presente cuasi me atreveré a decir un hombre enteramente nulo. Yo no conozco ningún oficio ni poseo ningún conocimiento industrial al cual pudiese ahora dedicarme por consiguiente mi situación es tristísima bajo todos los conceptos. Lo único a que puedo aspirar es la humilde ocupación de escribiente o cosa que se le parezca y aun así me daría por satisfecho.
Veas tú, a quien no faltan relaciones de toda clase, si puedes proporcionarme una colocación por este estilo, y te aseguro que será un favor que no olvidaré jamás. Confio en tí, y no dudo harás cuanto esté de tu parte para sacarme del estado de abyección en que me hallo.
Adiós, querido amigo; recibe los sinceros recuerdos de mi esposa y dispon de tu invariable S.S.:
Francisco López.
Contestación.
Sr. D. F.L.
Gandía.
Valencia 24 de marzo de 185..
Querido:
Después de tanto tiempo sin haber sabido nada de tí, no puedes imaginar la satisfacción que he experimentado al leer tu grata del 1.° del presente. Tu situación me aflige, pero esta aflicción se disminuye al coisiderarme en estado de poderla cambiar. Después de mil diligencias y de haber puesto en juego todos mis conocimientos y relaciones, he podido hallarte una colocación que no dudo te convendrá.
Vente cuanto antes, y es inútil decirte que aunque tu familia sea numerosa, no debes vacilar en venir a apearte en mi casa, donde podréis descansar unos días hasta hallar una habitación decente en que poderos alojar.
Dispón siempre de la rancia amistad de tu afectísimo compañero y sincero amigo.
Joaquín Castro.