Carta de agradecimiento de un amigo a otro.

Modelo carta. Un a migo agradece a otro la defensa hecha en su honor.

El arte epistolar. Reglas teórioc-prácticas para escribir. 1819.

 

Imagen Genérica Protocolo y Etiqueta protocolo.org

Carta de agradecimiento de un amigo a otro.

No esperaba yo menos de tu amistad, mi querido Teodoro; ni yo quería que hubieras empeñado en tal manera las contestaciones, que por poco produjeron un desafío. Estoy bien cierto de que con la espada hubieras, según dices, defendido mi honor con igual energía. Pero, amigo mío, con ello me hubieras dado una mortal pesadumbre; porque en todo evento feliz o desgraciado en el combate, no podías eximirte, ni eximirme de disgustos.

El contrario tiene fama de valiente y espadachín diestro; pero no lo eres tú menos, y me atreviera a haber asegurado la victoria por tu parte. Pero ¡qué de sentimientos a tu familia! ¡qué de persecuciones no hubieras padecido! ¡Ay! querido Teodoro, mira siempre como un castigo del cielo, la precisión de valerte de ese corazón impertérrito que Dios te ha dado; y resérvalo únicamente para combatir a los enemigos del Rey y de la patria.

Celebro a lo sumo, que la disputa hubiera terminado tan felizmente, y que ese atolondrado, no solo hubiera cedido a tus poderosas sólidas razones, sino, es que haya añadido tantas satisfacciones como me dices. Esta victoria te es mucho más gloriosa, que la que hubieras conseguido en el campo si hubieras con él salido; y logra en mi íntimo reconocimiento mucha más cabida.

Dóite por todo las más tiernas y expresivas gracias, rogándote al mismo tiempo muy encarecidamente, que no vuelvas jamas a comprometerte en esos términos, y mucho menos por asuntos de tan poca monta. Todo el mundo conoce el carácter de ese sujeto, y que está acostumbrado a levantar testimonios y calumnias, al paso que saben todos el proceder de tu amigo. ¡Ay de aquel que no tiene ningún enemigo, ni nadie absolutamente que hable mal de él! La virtud más acendrada es en este mundo con frecuencia perseguida.

Pero no nos intrinquemos en moralidades con quien no tiene ninguna necesidad de ello. Sabe pues, que aunque este hecho quedará por siempre grabado en mi corazón; no por eso creas que se ha aumentado en un ápice mi amistad para contigo, porque nunca podrá ésta pasar del grado sumo a que había llegado en tu invariable amigo que te abraza.

Firma.