Recomendación de un amigo a un Juez
Carta de recomendación a un Juez para un amigo suyo que tiene un problema con la justicia
Carta personal: interesarse por los asuntos judiciales de un amigo
Aquella urbanidad
Mi apreciable amigo y dueño: N. de T. residente en esta villa es uno de los vecinos más honrados, y conocido en ella por su probidad a toda prueba. Dos años ha que fue alcalde; y como el mando siempre es, especialmente para los malos, odioso, le han levantado un caramillo, y lo peor del caso es, que para no dar la cara ninguno de los infames calumniadores (así hacen siempre los cobardes), se ha incoado auto de oficio. Han aglomerado un creciod número de testigos falsos, y a esto se reducen todas la pruebas que contral él tienen sus contrarios.
Sin embargo, la verdad es muy refulgente, y contra esa prueba de testigos corrompidos, presenta N. otra de hechos reales que destruyen toda calumnia, y testigos bien opinados del pueblo; así como los otros, son todos hombres, como suele decirse, perdidos, quien venido de presidio, quien desertor de un regimiento, y si ahora patrocinado por el alcalde actual que es su pariente; perseguido y fugitivo anduvo ahora ha dos años; y hay también entre estos testigos mujeres de mala nota, que debían estar en reclusiones.
El abultado expediente ha pasado ya a esa real audiencia, y hoy ha venido el infeliz paciente con lágrimas en los ojos a suplicarme escriba a Vd. para que mire por su causa, y que no permita que triunfe la impostura. Avísale su Procurador desde esa capital, haber tenido noticia de que va a proveerse auto; mandando embargarle todos sus bienes y quizás arrestar a su persona.
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Nada extraño se me hará esto, porque sus contrarios son poderosos, y se jactan a boca llena de perderlo aunque les cueste inmensas sumas, que efectivamente las tienen bien o mal adquiridas. Este, por el contrario, es un honrado labrador que en su medianía lo pasa con decencia pero sin fausto.
Si se verificara ese funesto injusto auto, arruinaban a este desventurado, y a su desolada apreciable familia; digna a la verdad de mejores tratamientos.
Su Procurador que se presentará a Vd. con esta carta le informará por menor de cuanto quiera saber sobre la causa. Es muy hombre de bien, pues que a no serlo, ya lo hubieran sobornado estos bribones, para lo cual han hecho infructuosas repetidas tentativas.
En pro de la justicia de que es tan amante y en obsequio de nuestra antigua y constante amistad, no dudo hará cuanto esté de su parte con aquella energía y actividad que le son características.
Las faenas de la siega no le permiten por el momento al interesado pasar personalmente a ser el portador de esta carta, y tener el honor de ofrecerle a boca su casa y facultades, así como por mi conducto hace a Vd. ahora este cumplido, y ambos confiamos en el feliz éxito de su buena causa, amparada por el inefable patrocinio de Vd. cuya vida ruego a Dios colme de felicidades, y de las satisfacciones que le desea su más fino y apasionado servidor.
Q.S.M.B.
Fecha.
Nota. Q.S.M.B. = Que su mano besa