Carta de un primo a otro reconviniéndole su silencio.
Carta y su correspondiente contestación de un primo a otro reconviniéndole su silencio.
Carta de un primo a otro reconviniéndole su silencio.
Sr. D. Augusto R.
Palma.
Castellón 15 de junio de 185..
Querido primo:
Desde que me participaste tu llegada a esa ciudad después de tu viaje a América, han pasado muchos meses sin que te hayas vuelto a acordar de tu primo que anhela vivamente saber noticias tuyas. Por mi parte aguardando carta tuya, he dejado de escribirte en todo este tiempo; mas como vea que te mantienes callando más de lo regular, he resuelto ser yo el primero en romper ese silencio cuyo motivo no puedo adivinar.
Sepa al fin por qué causa me has olvidado; cómo es posible que todo este tiempo no me hayas escrito siquiera una línea participandóme el estado de tu salad, cuando no el de tus negocios y empresas. Si así lo haces con la perentoriedad que es del caso y como tiene derecho a exigírtelo el amor de tu primo, espero pagarte en la misma moneda, y hasta entonces y para animarte a su cumplimiento, recuerda el lugar que ocupas en el corazón de tu primo y S.S.:
Francisca Javier I.
Contestación.
Sr. D. Francisco Javier I.
Castellón.
Palma 29 de junio de 185..
Querido primo:
Mis temores se han realizado: tu carta del 15 ha sido portadora de la acusación que yo me hacía, hace mucho tiempo. Esta franca confesión creo valdrá para tí más que todas las mejores excusas. Engolfado en los negocios mercantiles que desde mi llegada a ésta he emprendido con ardor, apenas me queda tiempo para poder dedicar un instante a las dulces afecciones de la amistad o del parentesco. He quedado mal con muchos amigos por el olvido en que al parecer los he dejado; pero no es cierto que porque deje de escribirles, lo propio que a tí, primo mío, olvide su buena amistad o los lazos de la sangre que contigo me unen.
Esto, sin embargo, ya procuraré de vez en cuando hacerte partícipe de mi estado, esperando que por tu parte harás otro tanto con tu primo y S.S.:
Agustín R.