Discurso de agradecimiento en nombre de los premiados de la VII Jornada de Protocolo. Asociación Española de Protocolo.

Discurso de agradecimiento en nombre de los premiados de la VII Jornada de Protocolo. Asociación Española de Protocolo.

 

Imagen Genérica Protocolo y Etiqueta protocolo.org

Excelentísimos señores y señoras de la mesa presidencial, ilus-trísimos miembros del jurado, distinguidas personalidades, familiares de los premiados y asistentes al acto:

Es para mí un alto honor dirigir la palabra a tan distinguido auditorio, en este solemne acto, en nombre de todos los premiados y, muy particularmente, en nombre del Servicio de Protocolo de la Santa Sede, a quien el jurado ha tenido la consideración de conceder el premio a la mejor organización de actos en el año 2000, personalizado en el Jefe de Protocolo de la Secretaría de Estado del Vaticano, Reverendísimo Monseñor Tomasso Caputto.

Quiero, por tanto, en primer lugar, expresar en nombre de todos los premiados el más vivo agradecimiento a la Asociación Española de Protocolo y a la Escuela Internacional de Protocolo, organizadores de estas Terceras Jornadas sobre Protocolo y promotores de este acto de entrega de premios, por la deferencia y atenciones que han tenido para con todos nosotros, y dirigirles también sentidas palabras de felicitación y enhorabuena por las iniciativas y actividades que, con tanto interés y eficacia, llevan a cabo en pro de este importante sector de la vida social y diplomática, como es el protocolo.

Sentimientos sinceros de gratitud que hacemos extensivos a todos y cada uno de los miembros del jurado, ya que tras una dura reflexión e imparcial debate han tenido a bien valorar los méritos del aventajado alumno de la Escuela Internacional de Protocolo Don José Carlos Valenzuela Delgado, por su laborioso trabajo:

"Reglamento de protocolo adaptado para minusválidos, ciegos y sordomudos"; de Don Daniel Bartolomé Navas, Doña Raquel Arrieta Pérez y Don Héctor Alonso Rodríguez, por su trabajo compartido de investigación: "Historia del protocolo en España"; de la empresa Unión Fenosa, por los trabajos realizados desde su Departamento de Protocolo: "Distinguida convención especial"; y, finalmente, con agrado transmito sentimientos de reconocida gratitud, como representante de la Santa Sede en España y Nuncio Apostólico de Su Santidad el Papa Juan Pablo II, por el premio concedido al Servicio de Protocolo del Vaticano, por la organización del conjunto de actos con motivo del Año Jubilar de la Iglesia Católica durante el año 2000. El jurado, es más, ha tenido la delicadeza de, a sabiendas de la importancia del trabajo colectivo, personalizar esta distinción en el Jefe de Protocolo de la Secretaría de Estado del Vaticano, Reverendísimo Monseñor Tomasso Caputto.

El Eminentísimo Cardenal Angelo Solano, Secretario de Estado, al encomendarme recoger este premio en nombre de la Santa Sede y de Monseñor Caputto, me señalaba con particular énfasis que, en coherencia con los motivos aducidos para su concesión y en el significado mismo de la celebración del gran jubileo, los bienes pecuniarios que sean anexos al premio otorgado se destinen a fines caritativos, que el Santo padre ha definido expresamente como el fruto y sello de la caridad jubilar.

Qué mejor modo de finalizar mi intervención que recordar ahora lo que sobre este particular expresa el Santo Padre Juan Pablo II en su reciente carta apostólica "Tercio Millenio Adveniente", y cito: "Como signo de este mensaje de caridad y de promoción humana que se basa en las íntimas exigencias del Evangelio, he querido que el mismo año jubilar, y entre los numerosos frutos de caridad que ya ha producido en el curso de su desarrollo, pienso particularmente en la ayuda ofrecida a tantos hermanos más pobres para hacer posible su participación en el jubileo, darse también a una obra que sea de alguna manera el fruto y sello de la caridad jubilar.

Una vez cubiertos los gastos que se han debido afrontar a lo largo del año, el dinero que pueda sobrar debe destinarse a fines caritativos, para repetir también en esta ocasión la experiencia vivida a lo largo de la historia desde que, en los comienzos de la Iglesia, la comunidad de Jerusalén ofreció a los no cristianos la imagen conmovedora de un intercambio de dones, hasta la comunión de los bienes en favor de los más pobres".

En pocas palabras, todos los gastos que ha tenido la Santa Sede para el año jubilar ya están más que cubiertos y sobró, y el Santo Padre nos ha dicho que eso que sobró va a ser para obras de caridad, y a ello se va a destinar en su totalidad. Es más, también el premio que ustedes han tenido la benevolencia de conceder a Monseñor Tomasso es dinero que está ya destinado a obras de caridad y obras concretas ya estudiadas y definidas.

Termino reiterando mi sincera felicitación, enhorabuena y reconocimiento a los organizadores de este acto y mis felicitaciones a todos cuantos se dedican al estudio y al ejercicio de protocolo.

Muchas gracias y que el Señor les bendiga.

Excmo. y Rvmo. Nuncio de S.S. D. Manuel Monteiro de Castro.

Etiquetas