Cómo triunfar como madrina de una boda. II
Tradicionalmente, una de las tareas de la madrina es supervisar el acto y ocuparse de que todo esté en orden. "Debe planificar todo lo que va a ocurrir"
La madrina perfecta para una boda: controladora y detallista
Prohibido eclipsar a la novia.
Una de las reglas de oro que debe tener en cuenta cualquier madrina de boda es saber mantenerse en un segundo plano. "Es muy importante tener claro que no es la protagonista", subrayan los expertos de la EIP "y por tanto su forma de vestir y actuar no debe restar la importancia que tiene la novia en toda boda".
El ejemplo: Isabel Preysler estuvo "perfecta en su papel de madrina" en la boda de su hijo Julio José Iglesias con Charisse Verhaert. Con un discreto y elegante vestido azul zafiro "y casi sin joyas, para no recargar el efecto", Isabel estuvo muy correcta "en su forma de actuar a pesar de ser el centro de todas las miradas".
Pendiente de cualquier detalle.
Tradicionalmente, una de las tareas de la madrina es supervisar el acto y ocuparse de que todo esté en orden. "Debe planificar todo lo que va a ocurrir", subrayan desde la EIP y explican que uno de los errores más frecuentes es que las madrinas no entienden "que su papel es el de anfitriona de la boda de sus ahijados". El ejemplo perfecto: Carmen Tello también fue madrina de la tercera boda de la duquesa de Alba y ejerció a con maestría sus obligaciones. Estuvo presente en todo momento sin robar protagonismo a la novia y fue "elegantísima de rojo Valentino", aunque su mantilla debería haber sido negra, como mujer casada.
Maquillaje natural y favorecedor.
Donatella Knecht de Massy, sobrina política de Alberto de Mónaco, estuvo impecable como madrina en la boda de su tío con Charlene Wittstock en 2011. Y uno de sus aciertos fue combinar su elegante vestido con un maquillaje suave, aunque marcado, que no difiere demasiado del que acostumbra a lucir. Y es que la clave para que toda madrina esté perfecta es elegir "un maquillaje que realce sus rasgos, pero que no sea radicalmente diferente al que suele aplicarse". Basta un ejemplo para entenderlo: "Si la madrina nunca lleva lápiz de labios rojo, el día de la boda no es momento para innovar". En definitiva, se trata de estar "reconocible".
Los zapatos, ¿de tacón alto o bajo?
"Se recomienda un tacón más discreto por la mañana mientras que por la noche podemos lucir tacones más altos", indican los expertos en protocolo. Aunque también advierten que "es una regla que, por sentido común, se rompe constantemente". Así, por ejemplo, si el novio es mucho más alto, es necesario compensar la diferencia con un buen tacón.
También hay que "ser conscientes de nuestras limitaciones en cuanto al manejo de los tacones", para movernos con naturalidad. Como en el caso de la duquesa de Alba, que lució unos zapatos de inspiración goyesca bajos y cómodos en la boda de su hijo Carlos Fitz-James Stuart en 1988.
¿Tocado o mejor una mantilla?
Aunque se trata de una decisión respetable de la madrina, los expertos recuerdan que existen varias reglas de concordancia a tener en cuenta. De largo, mantilla si la boda es de mañana o tocado si es de tarde. De corto, pamela si la boda es diurna y sombrero de ala corta o tocado si es de noche. Una excepción acertada: Carmina Ordóñez fue con vestido largo y tocado en la boda de su hijo Cayetano Rivera, que se celebró por la mañana y el resultado fue "elegante y vistoso". En cambio en el enlace de su hijo mayor, Fran Rivera, también de día, lució un traje corte sirena azul más adecuado para eventos de noche.
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