Cómo evitar ser un 'aguafiestas'. Cosas que no debería hacer un aguafiestas. Comprender a los tímidos que no aguafiestas
Las invitaciones a participar en una fiesta o celebración pueden ser motivo de alegría para unos y un pequeño 'tormento' para otros
Reglas de cortesía y comportamiento con los aguafiestas. O quizá con una persona muy tímida
Después de un tiempo apartados de la vida social por culpa de la pandemia, vuelven las fiestas y celebraciones con gran entusiasmo por parte de la mayoría de la gente. Pero, ¿qué podemos hacer con las personas descontentas y desanimadas que no 'abrazan' con tanto entusiasmo todas estas celebraciones y fiestas?
Las personas que no disfrutan participando de estas celebraciones suelen ser tachadas de "aguafiestas". Son esas personas que, con cara de pocos amigos, acuden a fiestas y celebraciones estropeando el día al resto de los invitados. También, están los aguafiestas que, todo lo contrario a los tímidos, acaparan toda la atención con sus tonterías, con sus estupideces, que critican todo lo criticable de la fiesta o hacen comentarios muy desafortunados, por no hablar de los que llegan a ponerse demasiado 'contentos' con la ingesta de alcohol -el borracho pesado de muchas fiestas-. Pero estos últimos los dejaremos para otro artículo
Pero, obviamente, es injusto tachar a todas estas personas de aguafiestas. Muchos son únicamente grandes tímidos. Todos tenemos diferentes maneras de socializar y algunas personas son más introvertidas y reservadas que otras. Puede que encuentren esas fiestas y celebraciones un poco intimidantes, aburridas e incluso deprimentes.
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Hay que dejar espacio para que cada uno se comporte en estas ocasiones, como quiera; únicamente hace falta ser educado, tener buenos modales y un espíritu de tolerancia, respeto y aceptación.
Cómo podemos evitar parecer un 'aguafiestas' o cómo ser más sociables
Cuando tenemos una invitación personal, de alguien cercano, familiar o amigo, aunque no estemos demasiado contentos con esta invitación, debemos tratar de poner buena cara y participar de esa celebración con buena voluntad.
Si por mucho que lo intentemos no queremos participar, debemos moderar nuestro comportamiento y socializar un poco. No debemos pasarnos todo el día en un rincón, mirando el móvil o mirando por la ventana. Hay que hacer un esfuerzo por participar con ciertas ganas, tomar algo, charlar con tranquilidad y dar las gracias a nuestros anfitriones. Es un esfuerzo que debemos hacer para no defraudar a los demás invitados, pero sobre todo a los anfitriones.
Si nuestra aversión a este tipo de fiestas y celebraciones es muy grande, la mejor opción es no acudir. Puede ser la decisión más acertada si no vamos a estar cómodos, ni vamos a hacer sentirse cómodos a los demás. Además, cuando no es una invitación de compromiso, nuestros amigos y familiares sabrán de nuestras 'fobias' y lo comprenderán. Seguramente nos han invitado por educación.
Del mismo modo, si admitimos que no nos sentimos cómodos en este tipo de eventos o celebraciones, que nos resultan abrumadores, estaremos asumiendo y justificando nuestra no asistencia. Nuestros anfitriones no se sentirán molestos por esta ausencia. La comprenderán.
Cómo tratar a un aguafiestas o una persona poco participativa
Si nos gusta disfrutar de una celebración, pero nos encontramos con alguna persona poco 'participativa', debemos aceptar su postura con amabilidad. Simplemente, mostraremos nuestra comprensión y aceptaremos que hay posiciones distintas a las nuestras.
No es una buena idea forzar a participar a nadie. Hay gente muy insistente que puede llegar a ser casi maleducada, invitando de forma reiterada a bailar, a participar en una conversación, en un juego de cartas, etcétera. Esto puede generar un efecto contrario al deseado y hacer que el invitado se 'cierre' aún más. E incluso, puede hacer que abandone la fiesta.
Tenemos que ser conscientes -empatía, ponernos en su lugar- de que esta persona está haciendo un gran esfuerzo para asistir a una fiesta. No podemos intimidar o 'perseguir' a un invitado para hacerle participar. Eso tampoco es muy educado, por nuestra parte, atosigar a un invitado. Es mejor dejarle en paz. Puede que sea una persona que tampoco esté muy acostumbrada a una vida social intensa, que sea su primera fiesta o cualquier otra causa que le hace estar en ese modo de 'perfil bajo' para pasar desapercibido. Si es una falta de experiencia, puede aprender con el tiempo.
Resumiendo, no podemos pretender que todo el mundo sea igual de sociable. Este tipo de cuestiones no podemos tomarlo como algo personal. Cada persona es como es. Siempre que se respeten unas básicas reglas de comportamiento, es posible que alguien se sienta más cómodo tomando una copa solo o charlando con un amigo, que relacionándose con todo el mundo en una fiesta.