Consejos de etiqueta para las cajas de autopago de los supermercados. Cómo usar una caja de autopago
Las nuevas tecnologías cada vez están más presentes en nuestro día a día. Ahora, también las empezamos a ver a la hora de pagar
Adiós a los encuentros sociables, agradables para algunos; para otros, no tanto
Es cierto que la llegada de las cajas de autopago nos han facilitado la vida en muchos aspectos. Nos permiten hacer la compra de forma más rápida y sencilla, y nos ahorran tiempo de espera, aunque no siempre. Pero también es cierto que nos han generado un nuevo tipo de incertidumbre a la hora de tener que tratar con una máquina en vez de con una persona. Muchos cajeras y cajeros están desapareciendo de este tipo de establecimientos por culpa de estas máquinas. ¿Es paso adelante o atrás?
Este tipo de sistemas no están libres de problemas e incidencias. Cuando llegamos a la caja de autopago, ¿quién no ha tenido alguna vez que lidiar con el artículo que no sabemos cómo escanear? ¿O con la báscula que no funciona? ¿O con los códigos de barras que no se escanean o que están deteriorados? ¡Nos toca tener que pedir ayuda a un empleado!
El trato con el cajero/a en un supermercado es casi el único contacto social que algunas personas tienen en su día a día. Un breve intercambio de palabras y una sonrisa suele ser suficiente para aportarnos una pizca de empatía que nos hará sentirnos un poco más humanos y un poco menos autómatas. Un simple, ¿qué tal está?, ¿cómo le fue el fin de semana?, etcétera, nos puede alegrar el día.
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Ahora bien, tampoco confundamos al empleado del supermercado con nuestro terapeuta o confesor. Una cosa es ser amable, otra es poner al límite la paciencia del empleado y de las personas que esperan ser atendidas. Todo tiene sus límites.
Consejos para utilizar sin agobios las cajas de autopago
Casi todo el mundo sabe que la tecnología no siempre funciona como queremos. Las cajas de autopago son máquinas, y como tales, pueden fallar. Cuando esto sucede, nos suele entrar un cierto agobio, nos sentimos un poco frustrados y desesperados. Sobre todo, cuando hay gente esperando detrás de nosotros. Pero veamos algunos consejos para evitar ponernos de mal humor y perder los buenos modales ante las cajas de autopago.
1. Experiencia y habilidad. No solo conocer cómo funciona el autopago nos puede ayudar a ir más ligeros. También el tipo de compra que hayamos hecho y nuestra habilidad para manejar estos productos y embolsarlos pueden ser determinantes. Es un poco desesperante estar detrás de personas que tienen un carro lleno hasta arriba y cuando llegan al escáner de la caja de autopago, no tienen idea de cómo funciona la tecnología y se preguntan: ¿Cómo puedo hacerlo? Esto no quiere decir que los novatos no sean bienvenidos, solo que hay un momento y un lugar para todo.
2. Información e instrucciones. Al hilo de lo anterior, sería conveniente preguntar al personal, informarnos o leer algunas indicaciones sobre cómo funciona el autopago antes de colocarnos ante una caja de este tipo. Al igual que un mal conductor puede generar un atasco, nosotros también podemos hacer lo mismo en la caja de autopago.
3. Practicar. Un estupendo consejo: ir a la compra a las horas menos concurridas. Así evitaremos largas colas y tendremos más tiempo para usar las cajas de autopago sin sentirnos presionados. Podemos tener más libertad para probar o preguntar a algún empleado sobre cualquier duda que tengamos.
4. Fijarse en los artículos. Determinados artículos pueden estar marcados como no aptos para el autopago. Pueden ser desde el alcohol a productos de parafarmacia o determinados packs. Si tenemos alguno de estos productos en el carro, mejor ir por una caja tradicional para evitar cualquier tipo de incidencia o preguntar al personal del establecimiento.
5. Respetar turnos y filas. Hay que esperar, sin colarse, a que haya una caja de autopago libre. Respetemos el turno de cada persona, aunque ello suponga que no hemos acertado con la cola más rápida. Suele suceder que casi siempre nos parece más rápida la cola de al lado.
6. ¿Necesitamos ayuda? Debemos ser amables y correctos. Las prisas, las aglomeraciones, etcétera, no pueden ser una disculpa para perder los buenos modales. Nada de gritar al personal para que nos atienda alguien. Nada de echar la culpa del mal funcionamiento de la máquina al personal que ayuda. Nada de hacer escenas que puedan poner en evidencia al personal. Nada de tratar de hacer culpables a los demás de nuestros errores. En definitiva, debemos guardarnos la impaciencia y el mal humor para nosotros.
7. Despejar la zona. Una vez realizado el pago debemos dejar esa zona. Aunque lo habitual es llevar el carrito de la compra hasta el coche o hasta otro vehículo, si queremos pasar nuestros artículos a nuestro carro de la compra, a unas cajas o bolsas, lo haremos en otra zona. No podemos interrumpir el flujo de clientes en esa zona. Lo mismo debemos hacer si queremos repasar nuestro ticket para comprobar si están bien los precios y cantidades. Lo haremos en un sitio aparte.
8. Paciencia y buenos modales. Si algo sale mal, nos ponemos nerviosos, no tenemos un buen día, tenemos prisa, etcétera, no pueden servir de excusas para comportarnos de forma grosera y desconsiderada con los empleados del establecimiento o con otros clientes.
Siguiendo estas sencillas reglas de etiqueta vamos a tener una experiencia más agradable de compra y una mejor relación con empleados y clientes.