La urbanidad de Carreño
Digámonos la verdad, se puede ser pobre pero digno, también se puede ser pobre pero honrado y también se puede ser pobre pero decente, cívico, tener modales
Los buenos modales y la urbanidad de Carreño
Nuevamente empieza Junio cargado con expectativas para muchos hogares. Los neivanos esperan en esta época del año hacer su San Pedro y con esto mitigar gran parte de las necesidades a las que se ven expuestos el resto del año por culpa de una sociedad excluyente que no les genera mayores oportunidades.
Neiva es pobre, el común de los neivanos es pobre, así lo reflejan las estadísticas, esas que Santos nos viene a recalcar cada vez que nos visita; parece que solamente cuando viene el presidente o un alto funcionario de Planeación Nacional, estamos destinados a conocer nuestra triste realidad. Somos pobres y de repeso mal educados!
Los buenos modales no tienen que ver con la riqueza
Digámonos la verdad, se puede ser pobre pero digno, también se puede ser pobre pero honrado y también se puede ser pobre pero decente, cívico, tener modales y don de gente y al parecer estas últimas condiciones se le han olvidado a los neivanos, somos entonces mal educados. Basta con salir a caminar el centro y encontrarse con calles llenas de basura que la gente bota sin razón, pitos ensordecedores, motos y carros desafiando las reglas de tránsito, como es el caso de cuando cruzan los motociclistas los puentes peatonales ubicados en la Avenida la Toma, en fin serían innumerables las razones que los neivanos exponen para reconocer su falta de civismo, urbanidad y de amor por Neiva.
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Recuerdo que en el Colegio del Rosario, donde yo estudié mi primaria acá en la ciudad de Neiva, colegio que funcionaba en la calle diez entre carreras sexta y séptima donde hoy se ubica el colegio de Comfamiliar, nuestra rectora la señorita Tulia Luna, nos impartía la cátedra de la urbanidad y el civismo. Teníamos como base el libro "Manual de Buenas Costumbres y Modales. Urbanidad y Buenas Maneras" o lo que comúnmente llamábamos La Urbanidad de Carreño .
Vale la pena recordar que Manuel Antonio Carreño Muñoz, nació en Venezuela, en 1812 y falleció en París en 1874 y si hay un libro para esta cátedra conocido universalmente, dentro del mundo de las buenas maneras y el saber, es su manual de buenas costumbres. En el mundo de habla hispana se le considera un referente a tener en cuenta en temas como el saber estar, los buenos modales y la buena educación. Esa cátedra se acabó.
La urbanidad de Manuel Antonio Carreño
Del aseo de nuestras habitaciones, de la hospitalidad, del servicio en la mesa, de las honras fúnebres, de los bailes, los banquetes y los festines en general; de los deberes con nuestros padres, nuestros semejantes, con Dios y con nosotros mismos; del aseo de nuestra persona, de nuestros vestidos y del aseo en general; de nuestros deberes con la patria y nuestra comunidad; del modo de conducirnos en la calle y en espectáculos, son apenas algunos de los muy valiosos capítulos que trae este manual.
Bueno sería que hoy desde casa y por iniciativa de aquellos verdaderos maestros que aún quedan en nuestras instituciones, se implemente de nuevo esta cátedra en bien de nuestros hijos. Sería un regalo más para Neiva, en sus 400 años, para sus nuevas generaciones, para que en manos de ellos esté lo que a nosotros nos ha sido imposible desarrollar, un sentimiento de pertenencia y de amor por nuestra Neiva, aquella ciudad amable, trasnochadora, cordial y hospitalaria que al parecer estamos perdiendo y que hemos transformado en un medio hostil para con nosotros mismos.