Todos, a la mesa
Si la modalidad de cena escogida es sentados, no intente imitar a la reina de Inglaterra alargando la mesa hasta el infinito.
Cómo lograr una cena de éxito
Si la modalidad de cena escogida es sentados, no intente imitar a la reina de Inglaterra alargando la mesa hasta el infinito. A partir de un número de invitados poner dos mesas en vez de una puede ser más agradable. Sirva el aperitivo de pie, colocando bandejas por la sala y que solo se sirva sentados el primero y el segundo plato. Esto facilitará el servicio. Y evitará, en muchos casos, que se convierta en una carrera continua hacia la cocina.
Además de la comida, hay múltiples detalles que hacen que la noche sea un éxito. Esto incluye la presentación de las flores, la vajilla, la cubertería, la cristalería... y la creación de una atmósfera placentera, sea cual sea la escenografía elegida.
Una buena iluminación
Lo primero es la iluminación. Es el momento de bajar la intensidad. Si es necesario, cambie el voltaje de las bombillas. Prohibidas las de luz blanca (destrozan el maquillaje). El mejor aliado son las velas. No es necesario tener grandes candelabros de plata; un buen truco consiste en colocarlas en simples vasos por la mesa y la estancia. Recuerde, sin olor: el guiso es el protagonista de la velada.
La decoración puede ser temática, pero, quitando que tenga usted experiencia en la factoría Disney, lo sencillo triunfa. Recuerde, aquí el menos es más.
Un mantel blanco con vajilla en el mismo tono y con algún detalle en plata u oro es una apuesta segura. Si opta por un color determinado para transformar la mesa, apueste por incluir algún detalle a tono.
Una decoración sencilla y elegante
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No olvide introducir alguna flor o planta, evitando los centros tipo boda. Mejor pequeños bouquets repartidos por la mesa y la estancia. Lo más seguro es centrarse en un solo color. El blanco siempre funciona. Por ejemplo, realice pequeños ramos con dos o tres hortensias y colóquelas en sencillos jarrones blancos por la habitación. Combínelos con rosas en pequeños vasitos -a las que habremos quitado las hojas y algún pétalo de la parte inferior para que se abran-. También puede hacer pequeños ramitos atando media docena de rosas, de manera que tendrán una forma redondeada. Así quedarán perfectas para colocar en cualquier jarrón.
Y si quiere un sobresaliente como anfitrión, no olvide el cuarto de baño. Ponga alguna flor, una vela con olor y pequeñas toallas de hilo. Para matrícula de honor, un agua de colonia gigante y una crema de manos. Y, media hora antes de recibir a los invitados, tenga las velas encendidas, música sonando, la cocina recogida...
Un último consejo: nadie quiere entrar en un campo de batalla, así que en palabras de Elizabeth Taylor: "Ponte un poco de lápiz de labios, sírvete una copa y cálmate". Para ellos, simplemente arréglese la corbata y aplique el mismo truco.
- Una mesa a pedir de boca.
- Todos a la mesa.