Cortesía en el saludo y lugares de preferencia.
La cortesía a la hora de saludar y ofrecer un asiento es una forma educada de tratar a las personas con las que se relaciona.
Cortesía en el saludo y lugares de preferencia.
Si es una señora la persona a quien saludamos se dice: "a los pies de Vd., Sra."; y si es un caballero, "beso a Vd. la mano", o "servidor de Vd."
Luego de saludar, se pregunta por su salud con una de estas frases: "cómo lo pasa Vd.?" o "¿Vd. sigue bien?"; y después de habérsenos contestado: "sin novedad", o "a la disposición de Vd.", añadiremos gracias, y pasaremos a tomar asiento en la silla que nos haya presentado el sujeto que nos recibe. Mas, si el asiento fuese de preferencia, por ejemplo un sofá u otro fijo, no debemos ocuparlo sin una ligera demostración de repugnancia, y solamente después que nos lo haya rogado por segunda vez el dueño de la casa. Lo mismo observaremos cuando éste se empeñe en que nos cubramos o dejemos el sombrero.
Los lugares distinguidos que debemos ofrecer a una persona superior, o a la que deseamos obsequiar son: en una sala, el sofá, ségun queda advertido; en un palco, los asientos de enfrente, y entre éstos, los de los ángulos, especialmente aquél desde el cual se ve la función sin volver la cara; en un coche, la testera o los asientos de delante, prefiriéndose los ángulos , sobre todo el de la derecha; y por último en la mesa, lo es la cabecera.
El trato con personas finas y elegantes será el mejor maestro para aprender éstas y otras fórmulas corteses, pues la urbanidad no puede enseñar más que las reglas establecidas por el buen gusto a fin de dirigir las palabras y acciones del hombre puesto en sociedad.