Deberes materiales de las niñas para consigo mismas.

Nada tan agradable como una niña limpia y bien compuesta, aunque sean sencillos o humildes sus vestidos.

Compendio de las más esenciales Reglas de Urbanidad y buena crianza para niñas.

 

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Deberes materiales de las niñas de buena crianza.

¿Cuáles son los deberes materiales que la buena crianza impone a las niñas para consigo mismas?

El aseo corporal y la limpieza en los vestidos.

¿Son de gran importancia estos deberes?

De mucha, especialmente para las niñas, que tienen aún mucha menos disculpa que los niños si se abandonan hasta el punto de ir sucias o desaseadas. Nada tan agradable como una niña limpia y bien compuesta, aunque sean sencillos o humildes sus vestidos; nada tan repulsivo, por el contrario, como una niña descuidada; pues aunque sea guapa y gaste buen traje, el desaseo la afea y la desluce.

¿Por qué otra razón deben ser aseadas las niñas?

Porque además de exigirles la Urbanidad que se presenten ante las otras personas de modo que no les causen repugnancia, el desaseo está reñido con la salud de tal modo, que las niñas que descuidan la limpieza de su cuerpo o de sus vestidos están expuestas a contraer graves enfermedades.

¿Qué debe hacer una niña para conservar limpio su cuerpo?

Lavarse todas las mañanas, en cuanto se levante de la cama, la cara y las manos, y repetir esta operación durante el día en cuanto se ensucien; peinarse todos los días, cortarse las uñas, limpiarse los dientes con agua templada y con un cepillito, lavarse los pies cuando menos una vez a la semana y hacer lo mismo de vez en cuando con todo el cuerpo, que, aunque oculto por los vestidos, nunca debe de estar sucio.

¿Qué deben tener en cuenta lar niñas al realizar estos actos de aseo?

Que, a ser posible, deben estar solas al lavarse, porque cortarse las uñas o asearse la cabeza, los pies o el cuerpo delante de otras personas, aunque sean de la familia, es un acto contrario a la urbanidad, y en ciertos casos opuesto al pudor, que es una de las más preciadas virtudes de las niñas. Los actos de limpieza deben hacerse con modestia y recato, no sólo porque así lo requiere la decencia, sino porque las niñas deben poner especial cuidado en no presentarse a nadie sin estar bien aseadas.

¿Qué hay que observar respecto del vestido?

Que las niñas deben llevarlo limpio siempre, aunque esté usado, no mancharlo ni romperlo, cepillarlo y quitar las manchas que por casualidad caigan en él, y remendarlo siempre que sea preciso, sin avergonzarse nunca por vestir pobremente, si los recursos de su familia no permiten otra cosa. Lo que si es vergonzoso para una niña es ir sucia y desaliñada, porque esto no tiene disculpa, no habiendo nadie, por pobre que sea, que no tenga medios de mostrar aseo y limpieza.