El baño y el tocador. Urbanidad en la casa. Parte II.

Los tocadores más sencillos reemplazan el tapiz por el linoleum, y los armarios por simples tablas adosadas a las paredes.

Arte de Saber Vivir - Prácticas Sociales. Ed. Prometeo.

 

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El tocador.

Si la sala de baño sirve al mismo tiempo de gabinete de tocador, hay que amueblarla en consonancia. Los espejos deben ser colocados en el interior de los armarios o replegarse sobre sí mismos, para que la acción del vapor no los empañe. Por lo demás, esta combinación de sala de baño y tocador debe ser rechazada como defectuosa y malsana, si no es absolutamente necesaria.

Todas las mujeres desean un tocador elegante y cómodo; es el cómplice de su coquetería y el auxiliar de su salud.

Un tocador puede ser lujoso, pero debe ser siempre confortable. Antiguamente las abluciones estaban reducidas a su más mínima expresión; no es, pues, sorprendente el que su mobiliario fuese rico y lujoso. Las pinturas de alto precio cubrían las paredes y el techo; el oro de las tapicerías alternaba con las obras maestras, porque servían a la vez para recibir visitas.

Actualmente todas las cosas lindas han desaparecido, porque el agua es allí reina y señora. El tub, la ducha, las copiosas abluciones de agua caliente y fría, exigen un mobiliario menos frágil, y los muros se recubren de telas claras o papel floreado; el buen gusto exige colores claros que favorezcan el tocado de las damas.

"Todas las mujeres desean un tocador elegante y cómodo"

El lujo permite todas las fantasías; pinturas murales, las cortinas de muselina, las sederías antiguas, los tapices blandos de colores pálidos; numerosos espejos o armarios de luna colocados con habilidad constituyen lo más usual en estas habitaciones.

En un tocador lujoso no debe haber ningún utensilio que sirva para la toilette, fuera de dos grandes mesas, una para el tocado propiamente dicho, surtida de cubetas, frascos, vaporizadores, portajabones, cajas de polvos, etc. La otra será para el peinado, y sobre ella se pueden tener espejos, horquilleros, peines, cepilllos y frascos de perfumes.

Los tocadores más sencillos reemplazan el tapiz por el linoleum, y los armarios por simples tablas adosadas a las paredes.

Desde el punto de vista higiénico, el tocador debe ser claro, aireado y soleado, para que la humedad no permanezca mucho tiempo, y se debe limpiar cuidadosamente. Muchas señoras se cuidan por sí mismas de este trabajo, y hacen bien.