La conveniencia del tratamiento de tú
Fraseología urbana para las principales ocurrencias de la vida social: el tuteo
Cuándo no conviene tratar de tú a una persona. El tuteo
Aquella urbanidad
El tratamiento de tú no es tan conveniente ni suena tan bien como el de usted; es propio solamente de aquellas personas que se tratan con la mayor franqueza. Sin embargo, merced a los caprichos de la moda y las exigencias de ciertos entes, da color de costumbre de buen tono, va cundiendo entre las señoritas del gran mundo el abuso de tutear a sus padres con mengua de su excelsa autoridad y olvidando el respeto y sumisión profunda que les deben, relajándose de esta suerte los lazos con que una hija está obligada a los autores de su existencia.
La niña, al dirigirse a una persona de respeto o con la cual no tenga mucha familiaridad, en vez del pronombre yo, dirá una servidora de usted. Si le hiciese alguna pregunta jamás le contestará a secas "si" o "no", pues estas expresiones han de ir seguidas de señor o señora, añadiendo al mismo tiempo el título, cuando la etiqueta se lo concede por su rango.
¿A quién se da el tratamiento de tú? A los inferiores, como de padres a hijos, de amo a criado; y entre hermanos, parientes y amigos. Entre estos últimos debe escasearse lo posible.
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La persona con quien hablamos ha de ponerse en primer lugar cuando la nombremos y nosotros en el último; así diremos: "cuando usted", "su señora y yo volvamos a tal punto...", etcétera.
Debemos ser muy parcos en hablar de nosotros mismos y de nuestras familias, y siempre lo haremos con mucha modestia. En este último caso, evitaremos el decir, "mi señor padre", "mi señora tía"; pero ese dictado de señor o señora deberá añadirlo un tercero que pregunte por la salud de éstos, verbi gratia -v. gr.-: ¿Cómo se encuentra su señor padre?