La cortesía. Comportamiento cortés

Se habla mucho, por eso de que hay que hablar de algo, de que lo cortés es dejar pasar a las señoras primero...

Hermano Lobo. Año III, n. 133.

 

Sombrero. Sombrero de Pierre Balmain. jinterwas

Reglas de cortesía en el mundo

Aquella urbanidad

Se habla mucho, por eso de que hay que hablar de algo, de que lo cortés es dejar pasar a las señoras primero, pero eso es generalizar por generalizar. En Alemania y Hungría, por ejemplo, lo cortés es que pasen detrás del hombre, porque, países militares que son, asi éste puede protegerlas contra los peligros que indudablemente las amenazan en cada esquina. En Rusia lo cortés es que pasen los dos al tiempo, porque así se subraya la igualdad de ambos sexos ante la ley soviética.

En Yugoslavia, después de la guerra mundial, estuvo muy generalizado dejar pasar delante a las damas, a pesar de que allí regía la tradición germano-húngara, pero aunque los yugoslavos juran y perjuran que era pura cortesía, las malas lenguas insisten en que se trataba puramente de una medida de prudencia por si había bombas enterradas y asì, si alguien tenía que saltar, que no fuese uno, sino una.

En Inglaterra la cortesía, como todo, está clasificada por grupos sociales, de modo que lo que es cortés en un sitio es descortés en los demás; entre la gente bien, por ejemplo, es una ordinariez alabar lo bien que se come en la casa en que ha sido uno Invitado, porque equivale a admitir la posibilidad de que ello le ha sorprendido a uno, pero también lo es expresar sorpresa ante el hecho de que la cena fuese regular solamente.

Tampoco está bien discutir de religión, por si alguno de los presentes es católico, que se han dado casos, y se siente capitidisminuido porque sus correligionarios no pueden llegar ni a primer ministro -por si comunica secretos oficiales al Santo Padre- ni ministro de Hacienda -por si se escapa con el tesoro nacional al Vaticano.

Tampoco se lleva eso de presentar a los invitados unos a otros porque se da por supuesto que todos son de la misma clase y, por tanto, que todos se conocen ya.

Y así podríamos seguir. Después de todo hablar de la cortesía de las clases bajas es un contrasentido; cortesía viene de corte y en las cortes las clases bajas brillaban por su ausencia; también son precisamente las cortes donde la cortesía no sirve más que para ocultar su propia ausencia. Brown.