El lenguaje corporal y los políticos.

Mediante lenguaje corporal es posible conocer carácter y políticos, según estudio de expertos.

 

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Mediante el lenguaje corporal es posible conocer el carácter de los políticos, según estudio de los expertos.

Muchos los tienen fríamente calculados, según las recomendaciones de sus asesores de imagen. Otros ademanes sin parte de la personalidad individual.

La forma de posar de Bush, la expresión de los ojos de Sarkozy, la gestualidad de Berlusconi o las manos de Zapatero en constante subir y bajar mientras transmite un mensaje, forman parte de la 'química' especial de los grandes mandatarios.

Tres destacados asesores de imagen analizaron estas actuaciones, además de examinar al próximo actor en el liderazgo mundial: Barack Obama.

Una de las primeras decisiones que tendrá que tomar el nuevo presidente de Estados Unidos es si seguirá rompiendo el protocolo como su antecesor. En los ocho años de mandato de George W. Bush, la forma de posar de éste a la hora de recibir a sus invitados ha llamado la atención de los asesores de imagen.

Para Yuri Morejón, director de Yescom Consulting, "Bush ha recibido a sus invitados en la Casa Blanca al contrario de lo que manda el protocolo, es decir, situándose él a la izquierda del visitante. Esta peculiar forma de recibir, le permite saludar en oblicuo, casi de frente, obligando al invitado a dar la espalda a la cámara, mientras Bush se muestra de cara a los flashes, dejando todo el cuerpo visible, aspecto que no podría hacer si siguiese el protocolo y se situara al lado contrario".

El profesor Jorge Santiago Barnés, director del Master en Asesoramiento de Imagen y Consultoría Política de la Universidad Pontificia de Salamanca, incide en este aspecto: "Es un gesto antinatural. Puede ser por una cuestión de su propio protocolo, que le hayan dicho que es mejor esa situación para las fotografías e imágenes que se capten de él, o propiamente un gesto de autoridad en el sentido de 'yo me quedo aquí'. Lo cierto es que incomoda mucho a sus invitados".

A un paso del relevo en la Casa Blanca, de la salida de George W. Bush y la llegada de Barack Obama, el cambio en las maneras del presidente estadounidense está cantado. Para Morejón, "Obama es profesor de universidad, por lo que tiene un camino ya avanzado en lo que a hablar delante del público se refiere".

Este consultor destaca el gesto que ha repetido Obama durante la campaña electoral de "usar las palmas de las manos hacia delante, proyectando una imagen de transparencia y cercanía".

Su vestuario también ha llamado la atención de los asesores de imagen. "A menudo viste camisas con las mangas muy justas, casi cortas. Esto hace que cuando levanta la mano para saludar, enseñe algo más que las palmas, parte de la muñeca, lo que claramente simboliza que es un político que no tiene nada que ocultar, es transparente, se muestra tal y como es", apunta Morejón, para quien la aparición durante la campaña electoral con las mangas remangadas denotan que es un dirigente dispuesto a bajar de la poltrona política y ponerse a trabajar para el ciudadano.

Para el profesor Barnés, Obama ha triunfado en el "paralenguaje".

Ha sabido utilizar bien los silencios, hacer un discurso pausado, implicar a los demás con preguntas como '¿estamos de acuerdo?', gestos de cercanía, de proximidad que han calado en la "sociedad estadounidense".

La utilización de las palmas de las manos hacia delante es un "gesto lanzado para un mensaje claro: confía en mí".

El manejo televisivo de la imagen.

La importancia de la imagen y gestos de los líderes políticos es tal, que Daniel Ureña, director de Mas Consulting Group, anuncia que "la política tiende cada vez más hacia la 'videopolítica'. Eso supone que los criterios y los códigos que predominan en la televisión también se están aplicando cada vez más a la política. Y estos criterios son la importancia de la imagen, la emoción, el espectáculo y el entrenamiento, entre otros aspectos".

Esta es una de las enseñanzas que ha dejado la última campaña electoral estadoundiense, donde gran parte del éxito de Obama "ha sido porque su mensaje tenía un fuerte contenido emocional".