Anillos, sortijas y alfileres.
La mano de un hombre debe estar libre de todas estas futilidades.
Objetos de capricho.
Anillos, sortijas y alfileres.
Abandonad los diamantes a las mujeres. Es cierto que una flor les cae mejor, pero las adornan hasta los mismos diamantes; la mano de un hombre debe estar libre de todas estas futilidades; un anillo de oro es permitido; algunos llevan sortija de diamantes en el dedo meñique, pero esto huele a jugadores de manos o a empíricos.
Un joven de provincias ajusta su corbata con cuidado, y la pliega a la matemática o la cruza a lo oriental, y acabado su tocador se pone un gran alfiler de diamantes que heredó de su abuelo, y que está remontado con cuidado y un gusto perfecto; pero envanecido con esta alhaja de precio se pavonea y se da tono con pensar que lo advierten.
Lo advierten todos, en efecto, pero es para criticar su mal gusto; lo mejor que haría en tal caso sería el dar su diamante a una mujer a quien faltase un solitario.