Origen histórico del sombrero. Curiosidades e historias sobre el uso del sombrero de hombre y de mujer
El sombrero, como objeto de adorno, se conoció en la primera mitad del siglo XIV. Era un especie de casquete guarnecido de plumas, y no cubría mas que una parte de la cabeza
Curiosidades sobre la historia del uso del sombrero de hombre y de mujer
Origen histórico del sombrero. Diario Oficial de Avisos de Madrid, del año 1872
De la excelente obrita "Manual teórico-práctico del aprendiz de sombrerero" escrita por el fabricante de sombreros don Manuel Galván y Hernández, tomamos el siguiente texto:
El uso del sombrero se remonta a los primeros tiempos de Roma. Se sabe de positivo que los antiguos romanos llevaban un sombrero de paja con grande alas para resguardarse del sol, que es muy fuerte en aquel país.
El sombrero, como objeto de adorno, se conoció en la primera mitad del siglo XIV. Era un especie de casquete guarnecido de plumas, y no cubría mas que una parte de la cabeza. Francisco I y Carlos V los tienen en sus retratos.
En tiempos del rey Felipe II de España, siglo XVI, el sombrero adquirió una forma particular: las alas eran sumamente pequeñas y la copa de gran altura, con plumas a un lado.
Enrique IV de Francia lo usó con la copa un poco más baja y las alas anchas, cogida la izquierda con una presilla, y una pluma que caía graciosamente por la espalda. Se usó en España, a finales del siglo XVI y casi todo el XVII, con ligeras reformas.
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Luis XIV llevaba las alas de su sombrero horizontales, dirigidas imperceptiblemente hacia arriba y rodeado todo él de vistosas plumas, pero sin rebasar la circunferencia del ala.
Su biznieto Luis XV prendió el ala a la copa por dos lados, formando como un sombrero de teja, que perfeccionó después inventando el llamado tricornio, de tres picos o candiles, porque esta forma tenía.
En el año 1766 usaba el pueblo de Madrid unas capas sumamente largas y unos sombreros llamados "gachos", bajo cuyas alas de gran extensión se ocultaba completamente el rostro. Esto favorecía a los rateros y gente perdida para cometer robos y asesinatos, sin ser conocidos ni hallados.
Esquilache, ministro a la sazón de Carlos III, mandó recortar todas las capas y coser a la copa por tres lados el ala de los sombreros, en la forma anteriormente indicada. Al pueblo, no le agradó la medida, y una tarde, el día 23 de marzo del citado año, domingo de Ramos, armó un motín, que tuvo tristes consecuencias.
Por los años de 1738 a 1772 hubo en Suecia un partito político, conocido por "les chapeauxs" (sombreros), en oposición a "les bonnets" (gorras). Aquellos eran adictos a Francia y éstos a Rusia.
El sombrero de tres candiles lo usan aun los cocheros de la aristocracia en día de gula, y algunos eclesiásticos italianos.
Por orden de M. de Saint Germain, ministro de la Guerra de Luis XVI de Francia, se mandó recoger en cuatro candiles el ala del sombrero en los soldados, pero esta moda duró poco tiempo.
En los últimos días del pasado siglo apareció el sombrero que llamamos de "medio queso", cuya forma no es tan conocida: se llevaba un poco ladeado, cuidando de que viniera uno de los picos a caer sobre el ojo derecho.
El sombrero redondo, como se llamó en un principio, o de copa, apareció casi al mismo tiempo que el de "medio queso". Es verdaderamente revolucionario: nació en Paris, como todas las modas, y se dice que lo usaban los republicanos y los partidarios de Bonaparte para diferenciarse de los aristócratas y realistas. Sin embargo, Inglaterra lo adoptó, y a los ingleses debe este sombrero, más que a nadie, su existencia.
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Los sombrereros han sacado gran partido de él, pues aunque su hechura a primera vista parece sencilla, se presta a variaciones sin cuanto. Hay sombreros altos, bajos, anchos, estrechos, cónicos, cilíndricos, de campana, sin contar las infinitas reformas que puede sufrir.
Y por si fuera poco, lo que quede expresado respecto del origen y aplicación del mismo, puede leerse la opinión que uno de nuestros más antiguos y acreditados autores dramáticos tenía formada respecto del importante papel que esta prenda de vestir ha desempeñado, cuyo escrito, entresacado de una de sus obras, dice así:
El sombrero se inventó
¡sabia hidalguía!
más para la cortesía
que para adorno a la frente.
Y así el quitarle me agrada
al que le quita cumplido,
que más pechos ha rendido
el sombrero que la espada.
Y si uno lo mira atento,
menos que el humo y el viento
viene a ser la cortesía;
y así la acción más honrada
que un príncipe ha de oobservar
es que mucho puede dar
a todos con lo que es nada.
Prohibir el uso del sombrero. Diario El Laberinto - Periódico Universal del año 1812
Contra la capa y el sombrero tenía especialmente Esquilache una aversión irresistible; a la verdad daban a la persona aspecto poco garboso, pues un hombre envuelto en la capa y con el gacho metido hasta las cejas apenas conservaría similitud de forma humana; mas las prescripciones relativas a los trajes siempre llevan en sí alguna cosa de ridículo, a no ser que con ellas se traten de enmendar vicios o abusos perjudiciales.
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Apareció pues el 11 de marzo de 1766 un real decreto expedido en el Pardo, por el cual prohibía Su Majestad el uso del sombrero redondo y capa larga, el gorro y la redecilla en paseo público, y mandaba al propio tiempo que se llevase sombrero de tres picos y cabriolé a capingol, y en caso de gastar capa que no llegase al suelo con una cuarta. Los infractores era multados con seis y doce ducados, y con pena de destierro si reincidían por segunda vez.