Los símbolos del honor corporativo. Ayuntamiento de León.
Los símbolos del honor corporativo utilizados en actos de especial relieve o importancia, del Ayuntamiento de León.
Ayuntamiento de León, España. Los símbolos.
Cuando la Corporación debe salir de su sede para asistir a actos de especial relieve o importancia, lo hace en forma de Ciudad, esto es, con todas sus galas, precedida de clarín y tambor anunciadores del cortejo, que interpretan la música del himno, y acompañado de sus principales funcionarios que toman el lugar de los antiguamente llamados ministros. Estos avanzan por su orden de antigüedad, tras la música y después del pendón y los maceros; siguen los concejales y los tenientes de alcalde, y cierra el alcalde acompañado por sus primeros tenientes y el síndico, si en el acto alguien ha de representar al Ayuntamiento; por último, la policía de gala. Y la banda de música, cuando sale, cierra. En este orden, alcalde y concejales lucen sus máximos distintivos:
1. La vara o bastón.
Es el símbolo de mayor antigüedad. Significa por sí mismo la representación que se lleva, pues durante siglos ha sido el único signo externo del cargo ocupado. La llevaba el corregidor antaño, y después las autoridades municipales. Es el signo que se entrega todavía hoy en las tomas de posesión y la llevan tanto el alcalde como los tenientes de alcalde.
2. La medalla.
La primera mención data de 1844 cuando el jefe político o gobernador pide opinión al Ayuntamiento sobre un posible distintivo.
Más tarde, recién elegido concejal, José Rodríguez H. Monroy presenta a la Corporación un amplio proyecto de obras, fechado el 23 Marzo 1875, en que pide "crear una medalla de oro o plata para que como en otras capitales sirva de distintivo a los señores concejales en todos los actos públicos".
En la propuesta insistiría poco después otro concejal que deseaba signos diferenciadores tras la visita hecha a León por Alfonso XII, pues posiblemente entonces el bastón más que un signo de poder o autoridad, era un símbolo social, de ahí que a petición de Pedro Blanco Muñoz se acordara "crear un distintivo para que lo usen los Sres. Concejales en los actos oficiales, a fin de que siendo conocidos, se les dé la consideración que merecen por su cargo, cuyo distintivo consistirá en una medalla de plata con un león en el anverso y en el reverso la leyenda 'Ayuntamiento de León', y se ha de llevar pendiente del cuello con un cordón de oro" (Sesión 19 Julio 1877), que fue refrendado poco después.
Posiblemente no llegaron a hacerse, porque años después vuelve a efectuarse la petición por Enrique Llamas y Francisco San Blas y los argumentos son similares: que los concejales usen como distintivo a los actos oficiales a que concurran, una medalla de plata con el escudo de la capital en una de sus caras y la inscripción 'Ayuntamiento Constitucional de León', pendiente del cuello por un cordón de seda con los colores del escudo de la capital (Sesión 9-mayo-1901).
Por aquellos días estaba el Ayuntamiento y la ciudad en los preparativos de los festejos que a final de ese mismo mes habrían de celebrarse con motivo de la reapertura al culto de la Catedral, y había sido anunciada la presencia de varios ministros. Por eso, finalizada la Sesión del día 23, fuera del orden del día, el alcalde advierte que ha recibido las medallas para los concejales y que "debe constar en acta que se les entregan por razón de cargos y por el orden que establece el artículo 52 de la ley, esto es, Alcaldes, Tenientes de Alcalde, Síndicos y Regidores, por su orden". Y el día 27 estrenó la Corporación las medallas entre sus galas.
3. La Banda.
Fue fruto de una moción del equipo municipal de gobierno redactada por el concejal Mario Amilivia con el objetivo de realizar un homenaje a la bandera nacional según reza el texto de la propuesta: "...Que el Ayuntamiento, como homenaje permanente a nuestra bandera, la incorpore, en forma de banda, con una anchura de 10 cm. y con el escudo de León bordado sobre la misma, tal y como consta en nuestro pendón del Reino, a las insignias propias de los miembros de esta Corporación a partir de la fecha del presente acuerdo y para su utilización en todos los actos en que comparezca como tal" (Pleno 25 Octubre 1983). Fue utilizada por primera vez el 29 Abril 1984 con motivo de las Cabezadas. En un momento anterior, alcalde y concejales utilizaron también un cinturón cuyo broche o hebilla llevaba el emblema heráldico de la ciudad. Así sucedió desde mitad de 1941 hasta casi los treinta años siguientes.
Los maceros, también denominados documentalmente Reyes de Armas, acompañan a la Corporación en número de cuatro por privilegio real concedido por Juan II en el siglo XV que, posiblemente perdido, fue renovado en 1666.
Mencionada su presencia en las grandes solemnidades públicas, la descripción de su uniforme colorista es muy parca. Cuando en 1820 deben las autoridades y vecinos de la ciudad jurar la Constitución, se indica la presencia de dos porteros "con ropón de terciopelo color carmesí guarnecidos con galón de plata, escudo al pecho con un león pendiente de cadenillas" y otros dos porteros "con igual vestimenta, insignias y mazas" (Sesión 20 Marzo 1820), un vestuario posiblemente nuevo entonces pero sin modificación alguna, de los cuales hay constancia de su arreglo en 1879 y fotografía en 1913 ('La Ilustración Española y Americana' nº XXV, señalada anteriormente).
En la segunda mitad de los años veinte, con ánimo de rescatar los timbres costumbristas del honor municipal, Honorato García Luengo, oficial mayor del Ayuntamiento, hace un estudio sobre el vestuario de los maceros (Permanente 17 Septiembre 1925), que se agradece y será aprobado año y medio después (Permanente 21 Abril 1927) al tiempo que se crean cuatro plazas específicas, más otras dos de suplentes, con unas condiciones y altura determinada (1.715 m) y gratificación (15 Ptas./salida). A pesar de ello, y buscando fidelidad preguntaría a la Comisión de Monumentos (24 Marzo 1935) acerca de la indumentaria. De entonces data su actual forma y diseño.
En la vistosidad y colorido del uniforme actual son dignos de mención particular los atributos que llevan los maceros, sin duda los elementos más antiguos con que hoy cuenta el Ayuntamiento, excepción hecha de la documentación archivada. Se trata de las mazas y los pectorales.
Una referencia a las mazas aparece en 1589 cuando se manda hacer dos de cobre dorado, así como ropaje ("terciopelo carmesí de dos pelos para dos ropas rezogantes", o sea, vistosas y muy largas) "para que cuando esta Ciudad saliese por la Ciudad a algún acto público saliesen estos dos reyes de armas, cosa que en todas las ciudades se hace", que al año siguiente serán de plata y confeccionadas por Suero de Argüello. Sin embargo, citando en Febrero 1666 recibe el Ayuntamiento la confirmación de tener cuatro maceros, encarga en mayo las dos mazas que necesita a Juan de Mora, quien además de realizarlas "como las dos antiguas" debe poner las armas de la Ciudad "para que siempre estuviesen en el Ayuntamiento y no se pudiesen prestar ni sacar de él". Han sido reparadas en varias ocasiones, incluso inmediatamente después de ser confeccionadas, como lo demuestran los acuerdos tomados el 18 Septiembre 1671 (pagar al platero Juan de Mora por "aderezar las mazas que lleva los porteros en los actos públicos"), el 4 Junio 1678 ("aderezar las mazas de plata") por Mateo de Robles, o el 18 Mayo 1685 ("las mazas de plata que llevan los porteros en los actos públicos y por estar desgobernadas y maltratadas"): en el siglo siguiente, 1769, sería Antonio Rebollo quien las reparase.
El pectoral, igualmente de plata en sus inicios, que lleva cada uno de ellos sujeto al cuello mediante cadenilla, fue encargado como complemento del vestuario para el besamanos de la reina en 1690. De forma redonda, llevan el emblema de la ciudad con otras alegorías y fueron hechos por Diego de Oviedo. También han sido reparadas con posterioridad.
La creación de la policía de gala se debe al alcalde Eguiagaray. Su primera salida sucedió durante la procesión del Entierro, el 23 Marzo 1951, Viernes Santo. Tres guardias con tal uniforme acompañaban al alcalde, que junto al Ayuntamiento cerraba la presidencia de la procesión, mientras los otros cinco escoltaban la talla de la Piedad. Los ropajes, que habían llegado el día antes, quizá la víspera -la factura tiene fecha del día 20- se componían de casaca, pantalón, calzón blanco, casco con plumero, cinturón y fiador, sable, botas y medias-botas turcas, espuelas y cadenillas, y salvo la sustitución del calzón blanco por pantalón recto de igual color que la chaqueta, ocurrida treinta años después, y la sustitución del plumero blanco por un color carmesí en la Semana Santa de 2002, se sigue manteniendo fiel a su origen. Parte del ofrecimiento de una casa comercial y la aceptación municipal (Permanente 19 Febrero 1951), y desde entonces se ha incorporado como escolta de la Corporación cuando sale oficialmente de su Casa.