Etiqueta. Definición y origen

La etiqueta, sencillamente, abarca un conjunto de normas para hacer las cosas en forma correcta y de manera más fácil

 

Qué es la etiqueta. Mesa. ¿Qué es la etiqueta? Buenos modales, protocolo, buenas maneras, ceremonial... foto base MirellaST - Pixabay

¿Qué es la etiqueta? Buenos modales, protocolo, buenas maneras, ceremonial...

Definición de etiqueta

1. Etiqueta (del francés étiquette). Ceremonial de los estilos, usos y costumbres que se deben guardar en las casas reales y en actos públicos solemnes;

2. Ceremonial en la manera de tratarse las personas particulares o en actos de la vida privada, a diferencia de los usos de confianza o familiaridad;

3. Marbete, rótulo y cédula que se adhiere a los equipajes;

4. Marca, señal o marbete que se coloca en un objeto o en una mercancía, para identificación, valoración, clasificación, etcétera.

La etiqueta no debe tener ese sello elitista que por lo general se le atribuye. La etiqueta, sencillamente, abarca un conjunto de normas para hacer las cosas en forma correcta y de manera más fácil; es la expresión formal de los buenos modales que son imprescindibles para que todos podamos vivir en sociedad.

La etiqueta y sus entornos

En consecuencia, implica:

1. Normas de comportamiento, derivadas de la experiencia y el sentido común.

2. Un entorno o contexto apropiado:

- Entorno físico. Es indudable que el área física en que se desenvuelve el individuo y una distribución adecuada de ésta contribuye a las buenas maneras. No es lo mismo una oficina o una casa con suficiente espacio para albergar a quienes trabajan o habitan en ella, que otra donde las personas conviven hacinadas, lo que da origen a frecuentes roces y enfrentamientos.

- Entorno cultural. La cortesía es el común denominador para las buenas relaciones, pero sus formas de expresión varían de un lugar a otro. Por ejemplo, las maneras refinadas de un hombre de la ciudad podrían generar desconfianza en una zona rural, y a la inversa, la sencillez y espontaneidad de las personas de provincia pueden mirarse con desdén en ambientes más sofisticados.

- Entorno de las relaciones. El buen trato entre las personas se rige por ciertas reglas basadas en el respeto mutuo y el conocimiento de los derechos de cada cual: padre-hijo, jefe-subalterno, ejecutivo-cliente, mesero-comensal, anfitrión-invitado y compañeros-vecinos, entre otros.

3. Implica además una firme actitud interior de querer hacer las cosas bien. Este punto es tan importante que en ocasiones, aun cuando no se conozca una norma, es posible actuar correctamente porque tanto la etiqueta como el protocolo tienen mucho de sensibilidad y espontaneidad.

¿Protocolo = Etiqueta? ¿Es lo mismo el protocolo que la etiqueta?

La etiqueta y el protocolo tienden a ser confundidos como sinónimos debido a que tienen un elemento en común: las normas de comportamiento establecidas para hacer más agradable la vida social. Sin embargo, como señal Manuel Antonio Carreño, lo que llamamos etiqueta se refiere al campo de lo social, mientras que protocolo alude al terreno de la política y la diplomacia, es decir a los actos públicos de Estado. Así:

- La etiqueta regula la conducta personal de los individuos, es decir, todas aquellas cosas que nadie puede hacer por otro, como por ejemplo masticar los alimentos con la boca cerrada.

- La etiqueta no siempre comprende las reglas protocolarias. En cambio, todo acto protocolario incluye la etiqueta en el comportamiento individual de las personas.

- La fuente generadora de las normas de etiqueta la constituyen los sentimientos, tradiciones y costumbres de los pueblos, que se especifican en tratados y manuales, mientras que el protocolo deriva de la normativa institucional de cada Estado u organismo. Estas reglas deben precisarse en los reglamentos propios de cada institución o país; por ejemplo, el orden de precedencias establecido en el Decreto de Ceremonial Diplomático, de 1935.

- Las reglas de etiqueta tienen, por lo común, carácter universal. Por ejemplo, siempre será bien visto tratar a la gente con respeto y usar un lenguaje comedido, en cualquier lugar donde se encuentre la persona. Las normas de protocolo, por el contrario, son muy particulares y varían según las circunstancias de cada país: su cultura, la religión que predomine e incluso cada ocasión en especial. Así, la misma persona puede estar situada en un evento a la derecha del anfitrión y, en otro, ocupar un lugar lejano del mismo.

- Presente en todos los momentos de la vida, la etiqueta debe practicarse con naturalidad, igual en la intimidad que en público, estando solos o acompañados; es decir, las buenas maneras han de ser un hábito. En cambio, el protocolo se aplica sólo en ciertos momentos y circunstancias, como en el caso de acontecimientos relevantes de la vida social y pública, que suelen denominarse protocolarios.

- La etiqueta es de obligación y aplicación personales, puesto que cada individuo es responsable de su propia conducta, mientras que el protocolo es de aplicación y obligación institucionales, por lo que resulta necesario que todas las personas involucradas en un evento público de Estado prevean, coordinen, precisen y cumplan con la normativa protocolaria en las condiciones de ubicación y de desarrollo del acto.

De algún modo, tanto la etiqueta como el protocolo están presentes en todos los momentos de nuestra existencia.