Ceremonial para recibir la Rosa de Oro enviada por los Pontífices.

Recepción del Ablegado Apostólico portador de varios Breves y de la Rosa de Oro.

Guía de Protocolo Diplomático.

 

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Recibir la Rosa de Oro. Ceremonial.

El Ceremonial observado en 1868 para recibir la Rosa de Oro, fue el siguiente:

El día 8 de Febrero, SS.MM. recibieron en Audiencia particular, a las tres de la tarde, a Monseñor Palloti, Ablegado Apostólico encargado de entregar la Rosa de Oro que Su Santidad había enviado, quien entregó a SS.MM. dos Breves de que era portador, pronunciando con tal motivo, una corta alocución, a la que S.M. la Reina se dignó contestar con un breve discurso.

Se señaló el día 12 del mismo mes para la solemne ceremonia de entregar la Rosa de Oro a S.M., escogiendo ese día por ser el del cumpleaños de S.A.R. la Serma. Señora Infanta Doña María Eulalia.

El mismo día 12, a las once de la mañana, pasó a dar guardia de honor al Palacio de la Nunciatura, donde estaba depositada la Rosa de Oro, una compañía de infantería, con bandera, así como la sección de caballería que con su Jefe debía servir de escolta en la traslación de la Rosa de Oro a Palacio, yendo también tres coches con tiros de caballos de gala y un Caballerizo de campo que envió la Casa Real, todos a las órdenes del Marqués de Sotomayor, Gentil-hombre, Grande de España, designado por S.M. para que en su real nombre acompañara la conducción de la Rosa.

La comitiva se puso en marcha en esta forma:

Cuatro soldados de caballería y un cabo.

Un coche en que iban un Mayordomo de semana y un Gentil-hombre de casa y boca.

Otro de respeto.

Otro que conducía al mencionado Gentil-hombre, Grande de España y Ablegado Apostólico con la Rosa de Oro.

A las portezuelas de la derecha y de la izquierda de este coche, marchaban el Jefe de la escolta y el Caballerizo de Campo, y delante del carruaje cuatro batidores.

La escolta.

Dirigióse la comitiva desde el Palacio de la Nunciatura, por Puerta Cerrada, calle del Sacramento, plaza de Santa María y Arco de la Armería al Real Palacio, a cuya puerta principal se hallaba formada la guardia, que tributó los mismos honores que a S.M. cuando sale en público.

Dos Mayordomos de semana y cuatro Capellanes de honor aguardaban en el descanso de la escalera para acompañar desde allí la Rosa de Oro hasta la Real Capilla, y depositada que fué en el Altar mayor, pasó el Gentil-hombre, Grande de España, a ponerlo en noticia de S.M.

En el ínterin los Alabarderos habían estado formados en la escalera y galería, tocando su música la Marcha Real.

La Capilla se hallaba preparada según se acostumbra en funciones de Capilla pública, con sitiales para las Personas Reales, banquetas para los Jefes de Palacio y Damas de guardia, bancos cubiertos para los Grandes de España, banco y bancal para el Cardenal, Capellán mayor, Arzobispo de Santiago, Nuncio de Su Santidad y Patriarca de las Indias, y en su lugar respectivo para otros Prelados; bancos además para los Mayordomos de semana, Capellanes de honor y Gentiles-hombres de casa y boca.

S.M. la Reina Madre y SS.AA.RR. las Sermas. Señoras Infantas Doña María del Pilar, Doña María de la Paz y Doña María Eulalia ocupaban la tribuna Real.

Había asimismo tribunas y estadillos, según se acostumbra en ocasiones análogas, para los invitados que en nota separada se expresan.

Todo así preparado, S.M., acompañada del Rey su Augusto Esposo, del Príncipe de Asturias, de la Infanta Doña Isabel y del Infante Don Sebastián Gabriel, salió de la Real Cámara para la Real Capilla, precedida de la siguiente comitiva:

Gentiles-hombres de casa y boca, Mayordomos de semana y Grandes de España cubiertos.

Los Ministros de la Corona se incorporaron a la comitiva a la puerta de la Capilla.

Seguían a SS.MM. los Jefes de Palacio y servidumbre de guardia, cerrando el cortejo la Plana Mayor, la música y un piquete del Cuerpo de Alabarderos.

Luego que SS.MM. y AA.RR. entraron en la Real Capilla y ocuparon sus sitiales, empezó la Misa, que por comisión especial de Su Santidad celebró de Pontifical el Muy Reverendo Arzobispo de Trajanópolis, Confesor de S.M., Sr. D. Antonio Claret. El Ablegado Apostólico ocupaba su lugar a la izquierda del Trono, y los suyos respectivos el Emmo. Sr. Cardenal de Santiago, en su calidad de Capellán mayor, el Nuncio de Su Santidad y el Patriarca de las Indias frente al Trono; el Arzobispo de Cuba, el Obispo auxiliar de Madrid y el Obispo de Puerto-Victoria, cerca del Altar Mayor, al lado del Evangelio. La Rosa, o más bien la maceta de rosas y capullos de oro, que se llama así, fué colocada en el Altar mayor, del lado del Evangelio, en la primera grada del Tabernáculo.

Llegada la Misa al Ite Misa est, el Arzobispo celebrante se sentó de espaldas al Altar. Un Capellán de honor leyó en alta voz el Breve Pontificio por el cual Su Santidad concedía la Rosa de Oro a S.M. y enviaba su bendición apostólica a S.M. y Real Familia.