Recibimiento de Embajadores ordinarios que se cubren.
La primera vez que algún Embajador de los que se cubren tiene audiencia con S. M.
La primera vez que algún Embajador de los que se cubren tiene audiencia con S. M., se da la orden al Mayordomo Mayor, y él al Semanero, del día que ha de ser; ordena al Ugier de vianda que avise a los Gentiles-hombres de boca, Acroes y Costilleres, que estén en la antecámara a hora señalada.
Sale el Mayordomo, pónese a caballo en el zaguán y lleva a la mano izquierda al Gentil-hombre de boca más antiguo; van a la casa del Embajador, donde se apea, y con él el Gentil-hombre de boca que va a su lado, y otro alguno si quiere.
Bajan a ponerse a caballo, y si es Embajador que tiene aquí residencia, el que acaba va en medio, el que viene a la mano derecha, y el Mayordomo a la izquierda; y si no hay Embajador de residencia, el Mayordomo lleva al Embajador a la mano derecha.
En llegando a Palacio sube con ellos el acompañamiento hasta la Cámara donde S. M. está, y después de haber dado su embajada y cumplido con aquella función, a la vuelta los Embajadores, si hay dos, mudan lugar, quedando siempre a la mano izquierda el Mayordomo, que vuelve con ellos a su casa y los acompaña hasta dejarlos en su cuarto.
Suelen a la vuelta ir en coche, y en este caso ha de ser en el del Mayordomo, y la Casa se despide en el zaguán de Palacio.