Consejos de etiqueta para unos niños bien educados

Los niños deben aprender desde muy pequeños a ser amables y educados con todo el mundo

 

Nenes. Niños cruzando por un paso de peatones. fiskfisk

Aprender buenos modales desde pequeños

Sugerencias para aprender a moverse con educación en sociedad

Los pequeños deben desarrollar sus habilidades sociales desde los primeros años de edad. Los niños deben comenzar a aprender a edades tempranas sobre qué comportamientos son o no los más adecuados. La escuela forma y enseña. La familia es la parte que educa, o que debería educar a sus hijos y el primer entorno en el que los niños 'socializan'. No se puede descargar toda la responsabilidad sobre los maestros y profesores del colegio, escuela.

Un niño bien educado es el objetivo soñado de cualquier padre

Los niños deben tener un referente sobre ciertos aspectos de su vida diaria en la familia. Hay comportamientos que ellos pueden considerar que no son incorrectos, aunque si lo sean -los malos ejemplos en casa-. Hay que educarles y, sobre todo, dar un buen ejemplo, que es una de las formas de educación más efectivas que existen.

Las palabras mágicas: 'Por favor' y 'gracias'

Las dos expresiones mágicas que deben utilizar siempre que se dirijan a otra persona para pedir algo, preguntar una cosa o bien para agradecer un favor, un gesto, una atención... No debemos de cansarnos de repetir: "di, por favor, "da las gracias". Hasta que les salga de una forma natural.

Mascar chicle en las conversaciones

No es correcto que masquen chicle mientras hablan con otras personas, mientras están en clase o cuando están en la mesa. Mucho menos, pueden dedicarse a hacer globitos y estallarlos en el cine, en un salón de actos mientras habla otra persona o en situaciones similares.

El uso del teléfono móvil

Hoy en día muchos niños tienen su propio teléfono móvil - celular-, pero muchos de ellos no saben los lugares en los que no deben usarlo. En clase, por supuesto, siempre apagado. Durante la comida, en una presentación en un salón de actos, en el cine, en el teatro y en cualquier tipo de espectáculo, siempre apagado. En los hospitales, dentro de la iglesia o en recintos donde expresamente esté indicado, también hay que apagarlo.

Aprender a hablar: dónde, cómo y cuando

Los niños tienden a ser muy "generosos" con su tono de voz, es decir, les gusta chillar y vocear demasiado. Hay que enseñarles a no hablar a voces, a no vocear de acera a acera cuando ven a un amigo o compañero del colegio, o no hablar con un tono de voz alto cuando charla o platica con algún adulto.

Enseña a tu hijo desde pequeño que es de mala educación interrumpir.

Respeto por los demás

A los mayores se les debe hablar con respeto. No hay que dejarles que hablen a un adulto como lo hacen con cualquiera de sus amiguitos o compañeros de clase. Ni tampoco es bueno, dejarles que empleen el tuteo con demasiada facilidad. Deben aprender a respetar a los mayores tanto en el tratamiento como en cualquier otra acción cotidiana, como ceder el paso, dejar un asiento libre en un transporte, o dirigirse a un adulto para preguntarle algo. Hay que enseñarles a pedir las cosas "por favor" y a dar "las gracias".

Enseñarles a ser empáticos y generosos

Deben aprender a ponerse en el lugar del otro. ¿Qué sentirías sin alguien te hiciese lo mismo a ti? Es una forma de enseñarle que su comportamiento tiene un impacto en los demás. Si no comparte un juguete, por ejemplo, ¿cómo le haría sentir que alguien no quisiera dejarle un juguete con el que le apetecería jugar?

Civismo: base imprescindible para una buena convivencia

No solo los niños, sino los mayores, con su ejemplo, deben aprender y enseñar un poco de civismo. Lo que hay en la calle es de todos: los bancos, las papeleras, las fuentes, los elementos de recreo en un parque... no se pueden utilizar de mala manera, o estropearlos de forma maliciosa; pintadas, marcar con navajitas u otros utensilios nombres y otras cosas, tirar envoltorios y papeles al suelo, atascar una fuente, etcétera. Este comportamiento no es correcto ni cívico.

La educación vial también forma parte del civismo. Hay que enseñarles a cruzar por el paso de peatones de la mano de sus padres o de un adulto, a esperar a que el semáforo se ponga en rojo para los automóviles para cruzar, a no cruzar entre los coches... en definitiva a ser un buen peatón. Es muy triste ver como muchos padres cruzan a toda prisa con sus hijos de la mano entre los coches o cruzan con el semáforo en verde para los automóviles. ¡Vaya ejemplo!

Caminar: compartir espacios públicos

Por la calle hay que enseñarles a andar, no a correr, jugar, o ir molestando a otras personas. Además, es peligroso, puede hacer tropezar o caer a otras personas, sobre todo personas mayores. Si juegan con el balón, pueden dar un balonazo a un coche y abollarlo, o dar con la pelota a otras personas. La calle es para caminar y no para jugar, para eso están los parques y el patio del colegio.

No debemos dejar, en ningún momento, de recalcar e insistir en las cosas que no hacen de forma correcta. Es por su bien, pues una persona maleducada de mayor tendrá muchas puertas cerradas tanto en el ámbito laboral o profesional como en el ámbito personal. Nadie invita o quiere ser amigo de un maleducado. La buena educación es el pasaporte que le ayudará a viajar a lo largo de toda su vida .

Para terminar, recordar que los niños necesitan cariño y atención. No necesitan toda nuestra atención -no se les debe hacer que sean el 'centro del mundo'- pero si todo nuestro cariño. Y por último, predica con el ejemplo. Si no ve en casa lo que se 'predica' difícilmente lo aprenderá.