Protocolo social en Brasil. Comportamiento en público. Saber estar
El saludo habitual es un apretón de manos, mientras se mantiene el contacto visual con la persona a la que se saluda
Etiqueta social en Brasil: reglas de etiqueta y buenos modales
Brasil es el único país de América del Sur que no habla español. Por esta razón, no les gusta demasiado que se les considere hispanos y se les hable en español. Su idioma oficial es el portugués y por lo tanto cuando visitamos Brasil debemos hablar en portugués o en inglés.
La cercanía de los brasileños es física y humana. Les gusta ser cercanos en sus comportamientos y en sus acciones. No debemos sentirnos intimidados por su cercanía a la hora de hablar con nosotros.
El saludo habitual es un apretón de manos, mientras se mantiene el contacto visual con la persona a la que se saluda. Si el conocimiento de ambas personas es anterior y hay un cierto grado de amistad o confianza puede que se el saludo sea un abrazo. En el caso de la mujeres, el saludo formal consiste en dar la mano y el en caso de que haya cercanía o familiaridad, un beso en la mejilla.
Te puede interesar: ¿Qué hacemos cuando nos presentan? ¿Dar la mano, un beso, un abrazo, hacer una reverencia?
Los brasileños, entre ellos, suelen hacerse saludos más cariñosos como abrazos y palmadas en la espalda. Pero su educación y su buen saber estar hacen que repriman estos comportamientos con personas extranjeras.
Las mujeres, entre ellas, se suelen saludar besándose. Tradicionalmente se suelen dar dos besos si están casadas y tres si están solteras. Pero esta costumbre solamente es entre las mujeres brasileñas. No suelen saludar de esta manera a las mujeres extranjeras.
Las conversaciones y el contacto físico en Brasil
Los brasileños suelen ser muy expresivos y efusivos. Cuando hablan con una persona suele ser habitual que le toquen el brazo, el hombro, le den alguna palmada y gestos parecidos que denotan su cercanía.
Durante las conversaciones tratemos de hablar de forma pausada. La calma es fundamental para negociar con los brasileños, porque son efusivos en gestos pero tranquilos con las palabras.
Entre las expresiones que podemos aprender en su idioma, tenemos que para decir hola podemos utilizar la palabra "oi" y para decir adiós utilizaremos "tchau". Y para decir gracias "obrigado".
En cuanto a los gestos, si cuando estamos hablando observamos que se tocan la barbilla o zona de la mandíbula significa que no están entendiendo demasiado bien nuestras explicaciones, o bien que les quedan ciertas dudas al respecto. Para llamar a alguien no se le señala con el dedo sino que se le llama con la palma de la mano hacia abajo cerrando los dedos hacia la palma de la mano. No utilizan el signo de O.K. (hecho con el dedo pulgar e índice) al igual que se hace en otros países. Para hacer un signo de O.K. o para indicar que algo es positivo se utiliza el pulgar hacia arriba.
Cuando estemos delante de otras personas no es demasiado correcto hacer algunos gestos como rascarse, bostezar, hurgarse la nariz o la oreja o estirarse. Cualquiera de estos comportamientos no es demasiado aceptable en público.
A diferencia de los países más anglosajones, no se suele comer por la calle -comer, pero si picar o beber-y mucho menos en cualquier tipo de transporte público (autobús, metro, taxi ...).
Por la calle debemos tener cuidado si llevamos cámaras, joyas o cualquier otro objeto de valor que pudiera atraer la atención de los "cacos". Cuidado en las aglomeraciones de gente. En las colas y otros lugares de mucho bullicio hay que vigilar bien las pertenencias.
Te puede interesar: Los buenos modales y la comunicación no verbal (con vídeo)
Cuando cruzamos una calle hay que tener mucho cuidado, pues el tráfico de las grandes ciudades es bastante caótico y nos puede salir un automóvil de donde menos nos lo esperamos. Hay que mirar bien a todos los lados de la calle y solo debemos cruzar cuando estemos completamente seguros.
El comportamiento del hombre brasileño con respecto a la mujer es de los menos machistas de toda Sur América. Ellos valoran y admiran a la mujer, aunque siempre les gusta ser a los hombres los dueños de la situación, los que la controlan.