El protocolo opta por el toldo en vez del paragüas.
El paraguas no está prohibido por el protocolo, pero no es el elemento más adecuado para una boda real.
Cambios de última hora tras la predicción meteorológica. Los expertos creen que, si llueve, es la solución menos traumática.
Ya es casi, casi seguro. LLoverá. Al menos, así lo dice la predicción del Instituto Nacional de Meteorología (INM). Después de que la capital haya registrado varios días de sol y calor intenso, hay un 80% de posibilidades de que el día 22 de mayo caigan "chubascos ocasionalmente moderados y tormentosos". Tanto por la mañana como por la tarde. ¿ Se tendrán que refugiar los invitados bajo un paraguas ? ¿ Y la novia ? La respuesta es no.
El paraguas no está prohibido por el protocolo, pero no es el elemento más adecuado para una boda real. "Es incómodo. ¿Qué hacen los 1.500 invitados con un paraguas dentro de la catedral?", pregunta el presidente de la escuela internacional de protocolo, Carlos Fuente. Las alternativas, según este experto, son las siguientes.
La primera, cubrir con un toldo la entrada de los invitados. De hecho, varios operarios instalaron ayer en la entrada lateral de la Almudena una estructura, que, con una lona, podría servir perfectamente como toldo.
Otra solución, opina Carlos Fuente, es que la Casa Real disponga de un grupo de ayudantes para que éstos protejan con paraguas a los invitados.
En cualquier caso, el problema fundamental lo tiene el cortejo real y, por supuesto, la novia. En caso de que caigan chuzos de punta, ¿ se armaría Letizia Ortiz con un paraguas ? Evidentemente, no.
Las opciones son varias. La primera y la más fácil es que la futura Princesa de Asturias haga el recorrido entre el Palacio Real y la Almudena --unos 100 metros-- a bordo del Rolls-Royce y no andando. "El coche podría dejarla lo más cerca posible de la iglesia. Así, la novia sólo se mojaría durante los segundos que tardara en subir las escaleras", asegura el experto. "No es igual de lucido, pero es una posibilidad", insiste.
Otra solución es que los operarios instalen un toldo en la alfombra granate que unirá el palacio con la Almudena. Así, el cortejo podría hacer el recorrido andando y sin mojarse. También cabe la posibilidad de que la familia real y la novia --acompañada por su padre-- entren por la puerta lateral de la Almudena y aprovechen así el dosel instalado para los invitados.