Gabino rompe el protocolo cada dos segundos. Entrevista a Enrique Fernández.
Jefe de protocolo en el Principado y después en el Ayuntamiento de Oviedo, el rostro más visible en el difícil ajedrez de las instituciones y las personalidades
"Le hemos sacado mucho partido a la Princesa Letizia; Oviedo, gracias a ella, está constantemente en los medios de comunicación nacionales e internacionales".
Enrique Fernández se acaba de jubilar. Encarna el protocolo en Asturias. Ovetense -nacido en Cornellana, criado en la calle Santa Susana, casado, con cuatro hijos- es desde 1983, primero en el Principado y después en el Ayuntamiento de Oviedo, el rostro más visible en el difícil ajedrez de las instituciones y las personalidades.
Jubilado.
- Me llegó la edad.
Así que...
- Cuando cumplí 65 años el Alcalde me dijo que siguiese; seguí, pero hay recortes. Y antes de que me recorten me he ido.
Vamos, que se recortó.
- Sí, tenía fecha de caducidad.
Desde...
- Empecé en el Ayuntamiento en 1991 como jefe de protocolo.
¿Y antes?
- En el Principado. Con Gabino me unía una buena amistad, estudiamos juntos en los maristas.
Así que otro caso más de compañeros de pupitre.
- Sí. Fue cuando el periodista Orlando Sanz nos bautizó como «los tres lobitos».
¿Quiénes eran los otros dos?
- Rodolfo Sánchez y Javier Batalla.
Menos mal que no habló de los tres cerditos y el lobo Gabino.
- Menos mal. Solo dijo lo de los tres lobitos. Éramos asesores.
El protocolo se ha desarrollado mucho.
- Muchísimo. Evoluciona mucho. La democracia introdujo un protocolo distinto.
Y usted pasó del hiperprotocolario Pedro de Silva al espontaneísta Gabino de Lorenzo.
- Pedro de Silva no era muy protocolario. No le gustaba encasillarse; sólo lo hacía por exigencias del guión.
¿Cuántas veces al día rompe De Lorenzo el protocolo?
- Cada dos segundos. Quiero decir que Gabino es una persona tremendamente respetuosa con el protocolo. Pero no le gusta encorsetarse. Quiere que la institución salga lo mejor parada posible.
¿Sale?
- ¿Lo dice por Oviedo?
Claro.
- Creo que sí. Existe una gran tradición de protocolo en Oviedo, derivada de los premios «Príncipe de Asturias». En el Ayuntamiento durante mucho tiempo hubo un buen profesional, Federico Collera.
Y buen ajedrecista.
- Sí.
No así en la Diputación.
- Bueno, tenían a un señor que había sido militar.
¿Collera se fue en tiempos de Masip?
- Se marchó. De repente. Cuando entré en el Principado me apoyó muchísimo.
Los técnicos de protocolo tienen fama de tiquismiquis.
- Puede dar esa impresión pero el protocolo no es rigidez.
¿Y los caprichos?
- No son caprichos, son normas básicas a seguir. No se improvisa. Hay tradición y días de trabajo.
El protocolo del «fartódromo» ¿cómo se hace?
- En la plaza del Pescado depende del acto que vayas a hacer.
El protocolo del Ayuntamiento tiene fama de dadivoso.
- No.
¿Es una forma de ganar voluntades?
- Todo tiene un fin. Hay que promocionar la institución. Y hay que contar con la prensa.
¿Quiere decir que hacen muchos regalos a periodistas?
- No, no. Yo nunca estuve presente en regalos y dádivas salvo a un embajador o alguien así que recibía un libro sobre la ciudad. Un recuerdo. Los libros son muy apetecidos.
Sobre todo si son gratuitos.
- La gente los pide.
Se revenden después en el Fontán los domingos.
- Y las agendas, también aparecen en el Fontán.
¿Cuál fue el momento más difícil que vivió como jefe de protocolo del Ayuntamiento?
- Lo primero y quizá más difícil que hice fue el concierto a beneficio de la Perestroika, en la Catedral, con «Los Virtuosos de Moscú».
Y con la Infanta Elena y televisado en directo.
- Eso. Me tocó organizarlo nada más llegar. Fue difícil.
¿Acabó bien?
- Hubo fallos pero se notaron poco.
Otro caso.
- La medalla de oro a Francisco Álvarez-Cascos. Tuvimos nuestros más y nuestros menos
¿Con Cascos?
- No, es que llenar el Auditorio para una medalla de oro no es fácil.
¿Pusieron autobuses y bocadillos gratis?
- No hizo falta. Cascos ha hecho mucho por Asturias y por Oviedo. La gente estaba enfervorizada.
Ayuntamiento, Alcaldía, PP, ¿Gabino es una especie de Luis XIV donde todo se confunde?
- Diferencia todo muy bien. Yo nunca intervine en el partido.
¿En el partido no hay protocolo?, ¿el líder conecta directamente con las masas?
- Ellos sabrán. A mí eso nunca me llegó.
¿El protocolo es lógica más algunas manías?
- Manías, ninguna. Es norma, siempre norma.
Y cambio.
- Las nuevas tecnologías lo han cambiado todo. Con los ordenadores sitúas a la gente y barajas posibilidades de una forma muy eficaz. En el nombramiento de doña Letizia como hija predilecta...
No estuve.
- Se hizo en el salón de plenos del Ayuntamiento. No se sacó al Auditorio ni al Campoamor. Fue muy restringido.
Un error.
- Ya pero...
En Gijón lo habrían hecho en el Muro y con la asistencia de 100.000 personas.
- Lo habrían intentado pero no habrían podido. Esas cosas se tienen que consensuar con quien recibe el homenaje.
Ah, bueno. ¿No se le podría sacar mucho más partido, por así decir, a una Princesa de Asturias carbayona?
- Le hemos sacado mucho partido a la Princesa Letizia; Oviedo, gracias a ella, está constantemente en los medios de comunicación nacionales e internacionales.
Por ahí todo el mundo cree que es de Ribadesella.
- Oviedo sale y sale bien en los medios. La Princesa Letizia ama a Oviedo.
De eso no hay duda.
- Oviedo sale gracias a ella.