Historia del cubierto
El utensilio de mesa más antiguo fue el cuchillo y luego la llegó la cuchara
La historia de los cubierto de mesa
Convivencia Social. Formación Familiar y Social
Aquella urbanidad
Nota. Estos fragmentos proceden de la "Historia de la Gastronomía", escrita por la Marquesa de Parabere y publicada en 1943. Donde igualmente se pueden leer detalles curiosos acerca de la historia del cristal y de la historia de los manteles y servilletas, y muchas de las interesantes anécdotas relacionadas con la etiqueta en la mesa y con el arte de comer, las luces y el origen del menú escrito.
No nos imaginamos que se pueda comer sin tenedor, y sin embargo, este utensilio es de invención reciente y de uso más reciente aún.
El utensilio de mesa más antiguo fue el cuchillo y luego la cuchara.
La cuchara fue anterior al tenedor no solamente en siglos, sino en épocas, y se comprende, pues lo creó la necesidad. Los alimentos sólidos se cogen con las manos y los desgarran los dientes; los líquidos cabe sorberlos en cuencos naturales -tal como una calabaza-, pero no las papillas ni las lentejas de Esaú, pongo por ejemplo...
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Un poco de historia sobre el uso de los cubiertos
Los romanos usaban cuchara, aun cuando no tenía la forma moderna. Se trataba de pequeñas espátulas de madera o marfil, que llamaban "cocheare". Después de los romanos, los primeros en hacer uso de la cuchara fueron los suizos, luego los españoles y a éstos siguieron todos los demás...
En los libros de Homero se comprueba que los griegos comían con los dedos. En los banquetes dados a los pretendientes de Penélope, éstos cogen ansiosamente con las manos cuantos manjares se hallan a su alcance (téngase en cuenta que esos ansiosos, si creemos a Homero, eran todos reyes y príncipes).
Las ánforas decoradas, así como las descripciones de los autores de la antigüedad, demuestran que aún en el período más álgido de la civilización grecorromana se comía con los dedos. Ovidio recomienda a las damiselas que aprendan a comer con pulcritud y a llevarse los alimentos a la boca sin mancharse la ropa, y esas mismas costumbres persistieron durante la Edad Media y muy entrada la Moderna. Luis XIV y su madre, la refinadísima y pulcrísima Ana de Austria, comían con los dedos...
Mientras persistió la costumbre de meter las manos en las fuentes, cogiendo cada cual lo que le apetecía, para el bien de todos se impuso el previo lavado de manos (esto no compagina con lo que dice la hermana de Francisco I, dirigiéndose a uno de sus admiradores:
"Mire la blancura de mis manos, y eso que hace ocho días que no me las lavo"
, y no fiándose de que lo hicieran en privado, fue obligatorio hacerlo en común.
Los franceses del siglo XIII, en vez de decir que la comida estaba servida, decían "córner l'eau" (cornear el agua), por ser una llamada que se hacía con un cuerno de caza, para que todos los que fueran a comer procedieran a lavarse las manos.