Cómo hacer una visita, ¿llamar antes o presentarse sin más? Las visitas mejor anunciarlas

La visita ha dejado de ser una "obligación" social para convertirse en algo más espontáneo y arbitrario

 

Visitas sin avisar. Una mujer recibe una visita por sorpresa protocolo.org - FP Pro

Las visitas, ¿hacer la visita por sorpresa? Es mejor avisar con cierta antelación

Las visitas de cortesía, que antaño se solían realizar los domingos o días festivos, han pasado a la historia. Hoy en día la visita de cortesía apenas tiene lugar debido, entre otras razones, a la escasez de tiempo y a que no tenemos esas amplias casas como las que tenían nuestros padres o nuestros abuelos. Actualmente muchas casas no cuentan con espacios para recibir a las visitas y con espacio para que los niños puedan jugar a su aire.

Una visita de improvisto nunca debe hacerse, salvo que haya una razón lo suficientemente importante para presentarse en una casa sin avisar. Las visitas deben ser anunciadas por varias razones:

1. Para que los dueños de la casa puedan tener todo preparado y a punto para recibir esa visita. No siempre tenemos la casa lo suficientemente arreglada para recibir una visita, y menos, si no es de mucha confianza.

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2. Para que la visita no sea inoportuna y los anfitriones tengan otra visita, estén indispuestos (una simple gripe o un malestar), estén realizando cualquier otra actividad particular o profesional y no quieren ser molestados.

3. Para aceptar o no esa visita. Nadie se "debe invitar" así mismo a una casa. Es mejor llamar y dejar caer que queremos pasar a hacerles una visita y serán los propios anfitriones quienes darán el visto bueno o pondrán alguna excusa para tratar de evitar esa visita.

Si no avisamos nuestra visita podemos encontrarnos con que no hay nadie en casa. Antaño se dejaba una tarjeta para saber que se había pasado por esa casa, de ahí viene el origen de la conocida tarjeta de visita. O bien se dejaba al servicio cuando los señores no estaban.

Hay que tener en cuenta que una visita no se debe hacer ni a las horas de comer (hora de almorzar o de cenar) ni demasiado temprano ni demasiado tarde. Los días de fiesta, no se deben hacer por la mañana.