¿Cuándo se puede levantar el velo al a novia? El velo de la novia y la ceremonia de la boda
Los trajes de novia han evolucionado mucho, tanto en diseño como en tejidos. El velo cada vez es menos utilizado en este tipo de vestuario nupcial
¿Cuándo se debe levantar el velo la novia? ¿Se quita por completo el velo?
El velo se levanta durante la ceremonia de casamiento, cuando el sacerdote acaba la ceremonia real del casamiento e indica que puede besar a la novia. Es el momento en el que el novio -o la propia novia- levanta su velo y besa la novia.
Cada vez está más extendido prescindir del velo en el traje de la novia -aunque es una opción personal de cada novia-, ya que no representa, en realidad, lo que con el velo se quería significar. Antes era una especie de sorpresa, pues podía darse el caso de que el novio no conociese a la novia, que no la hubiese visto nunca, con lo que se reservaba este descubrimiento tapando la cara de la mujer con el velo.
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Hay autores que le dan al velo un significado más puritano, alegando que alude a la candidez, inocencia y virginidad de la novia, una muestra de respeto hacia el novio.
Antiguamente, comentan algunos autores, se utilizaba para proteger la pureza de la novia de las influencias externas.
El velo en la historia
En algunas culturas orientales, el velo ocultaba la cara de la novia al novio, quien después de la ceremonia lo levantaba, pudiendo ver por primera vez el rostro de su esposa .
Hace 4.000 años, los velos los llevaban las mujeres durante toda su vida, en algunos países de Oriente. Era una manera de mostrar la modestia por parte de las mujeres solteras y para las casadas era un signo de sumisión, recato y respeto hacia sus esposos.
En los países musulmanes, a la mujer se le exigía taparse la cabeza y parte del rostro cada vez que salía de su casa. Con el tiempo, estas reglas elaboradas por hombres se hicieron más estrictas, y únicamente se permitió que los ojos de la mujer quedaran al descubierto.
En los países de la Europa septentrional, solamente llevaban velos las mujeres que habían sido secuestradas por sus maridos, una práctica que no era del todo extraña.
Los griegos y los romanos, durante el siglo IV antes de Cristo, utilizaban velos largos y translúcidos para las bodas; el color preferido del velo era de un color amarillo que cubría el rostro. Este velo nupcial tenía la particularidad de ser muy largo, tan largo que llegaba hasta los pies. En posteriores épocas fue evolucionando, y acortándose, hasta llegar al tamaño del velo que actualmente se usa, el que solo cubre el rostro de la novia.
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Durante la Edad Media, el color del velo dejó de ser un factor esencial y la importancia se atribuyó a la riqueza de la tela y de los adornos.
Finalmente, en Inglaterra y Francia el velo se tornó blanco, un color que a finales del siglo XVIII era ya de común aceptación para la mayor parte de los trajes de novia.