Dos personas en una acera muy estrecha ¿quién cede el paso?
En muchas ciudades del mundo suele haber zonas donde las calles son muy estrechas y las aceras también. Sobre en las partes históricas o más antiguas de la cuidad
Cuando solo cabe una persona en una acera ¿quién debe pasar primero?
En casi todos los ámbitos la derecha casi siempre es la que tiene preferencia. Eso lo saben bien todos los que conducen un vehículo. Pero en nuestra vida diaria también se puede aplicar este 'criterio de la derecha' en algunas situaciones.
En muchas ciudades y pueblos de cualquier país del mundo, hay calles más o menos estrechas. Sobre todo en la zonas más históricas, monumentales o antiguas. Además, curiosamente, suelen ser muy transitadas, cuando son zonas turísticas. Esta falta de espacio nos puede poner en un aprieto a la hora de circular por ellas. No sabemos muy bien cómo actuar en estas ocasiones y pueden darse situaciones un poco comprometidas. Entonces, ¿qué podemos hacer para caminar de forma correcta por esas aceras? Veamos.
Aplicando el criterio de 'la derecha tiene la preferencia', si vamos caminando por nuestra derecha, la persona que viene de frente es la que debería ceder el paso y apartarse ligeramente o bajar de la acera, si es demasiado estrecha.
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¿Qué suele ocurrir? Que la teoría nos dice eso, pero la práctica, no. Hay gente muy obstinada y tozuda que no cede. Se arriman a la pared e incluso son capaces de empujar a la persona que va por su derecha. ¿Qué hacemos? Lo normal sería ceder para evitar un conflicto. Ahora bien, se puede hacer una pequeña parada para indicarle a la otra persona que vamos por 'nuestro sitio'. Si no funciona, cedemos y seguimos nuestro camino. Es posible que algún día encuentre 'la horma de su zapato'.
Toda 'regla' tiene sus excepciones
En algunas situaciones, también nosotros debemos ceder el paso. Algunos de los posibles casos serían:
1. Cuando viene de frente una persona de edad avanzada.
2. Si vemos a una persona con un coche de bebé o llevando a una persona en una silla de ruedas.
3. Si nos cruzamos con alguna persona con movilidad reducida, en sillas de ruedas o alguna situación similar.
4. Puede que sea alguien que lleva unos paquetes o está trabajando haciendo su reparto. Podemos facilitar su tarea con el simple gesto de cortesía de ceder la acera.
Como en muchos otros casos o situaciones, la buena convivencia no siempre es cuestión de reglas, normas o leyes, si no de tener un poco de sentido común y de amabilidad.
Por último, si tenemos que ceder la acera, y vienen coches u otros vehículos, sí que podemos hacer una pequeña parada, y esperar a que pasen antes de bajar a la calzada. No es cuestión de poner en peligro nuestra integridad física por no caber en la acera. También es posible arrimarse un poco a la pared, para dejar pasar a las personas que vienen de frente, aunque sea un poco incómodo. Solo hay que tener un poco de cuidado y ser prudentes.