Nos vamos a tomar algo y nos despistamos. No importa si llegamos algo tarde, ¿es cierto?
No. La puntualidad es una norma básica de cortesía y educación para cualquier ocasión. Da lo mismo que sea para acudir a una reunión, a una cena o a un espectáculo, por poner algunos ejemplos.
En el caso de los espectáculos es una falta de respeto hacia las personas que realizan el espectáculo, si es un espectáculo en directo -concierto, obra de teatro...-, y hacia los demás espectadores que se verán incomodados, molestados y distraídos por las personas que de forma consciente se han tomado la hora de comienzo del espectáculo a la ligera, sin darle importancia.
Hay que pensar que no somos únicos y especiales. Si todo el mundo hiciese lo mismo y llegara tarde, sería un desorden de tal calibre que nadie podría disfrutar de una buena obra de teatro, película, concierto o cualquier otra función.
De hecho, en algunos espectáculos, si llegamos tarde no nos dejarán pasar hasta no que no se llegue a la primera pausa o descanso. Suele ocurrir en algunos musicales, obras de teatro, ópera y conciertos de música clásica.
Como en otros casos, es mejor llegar un poco antes, que llegar tarde, por lo que debemos tener en cuenta salir con tiempo suficiente para poder cubrir cualquier tipo de imprevisto que surja.