Es posible controlar nuestra ira (con vídeo)
Lo que empieza en cólera acaba en vergüenza. Las consecuencias de la ira suele ser devastadoras
Cómo podemos controlar nuestra ira. Consejos para dominarla
Formas de buscar alternativas para demostrar nuestro enfado
Decía Benjamín Franklin que "lo que empieza en cólera acaba en vergüenza". Las consecuencias de la ira suele ser devastadoras. La ira suele ser una respuesta a una amenaza o a una situación que nos parece injusta. Pero, también puede ser una reacción desmesurada a situaciones de estrés o de mucha presión.
Generamos ira ante situaciones que nos parecen injustas, ante situaciones de peligro, ante situaciones que nos producen estrés o cierto miedo, etcétera. La ira solo está justificada cuando estamos ante una situación de mucho peligro para nuestra integridad.
Claves para manejar la ira
- Enseñar al cerebro a buscar alternativas para mostrar un enfado.
La ira es una emoción desagradable. Tenemos que aprender a utilizar otro tipo de palabras, gestos, acciones, etcétera. para resolver estos problemas de ira.
- ¿Cuánto de amenazante es la situación?
¿La situación que vivimos es amenazante? La mayoría de las situaciones que vivimos a diario no son nada amenazantes aunque a nosotros nos lo pueda parecer. Hay que analizarlas con cierta serenidad.
- Practica un idioma sereno.
Utilizar palabras amables y no palabras negativas. Yo no lo haría así, no lo comparto pero lo respeto, no pienso de esa manera, etcétera.
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- Trabaja la información propioceptiva.
La información propioceptiva es aquello que transmitimos con nuestro cuerpo. Los gestos, las muecas, etcétera.
- Yoga, relajación, deporte y mindfulness.
Practicar algún tipo de deporte o de actividad que nos ayude a mejorar nuestro estado de ánimo, que nos ayude a relajarnos y a sentirnos un poco más relajados y tranquilos.
- Entrena tus habilidades sociales.
Inteligencia emocional. Adaptarse al ritmo de los demás. No quieras correr o meter prisa a los demás. Eso puede generar tensiones.
- Sé prudente. No puedes expresar todo lo que sientes.
No digas todo lo que se te cruza por la mente. Ser prudentes a la hora de comentar, hablar, etcétera, no ser imprudentes.
- No dejas que las piedras se acumulen.
No debemos dejar que se nos acumulen las "piedras", conflictos, problemas, etcétera. Hay que tratar de solucionarlos según se van presentando o bien apartándolos para que no se acumulen.
- Practica actividades que te hagan sentir bien.
Hay que buscar momentos de relax, momentos para obtener un rato de calma, de tranquilidad, de descanso.
- Utiliza un anclaje: stop .
Hay que buscar un punto de "amarre", algo a lo que agarrarse cuando vemos que nuestro nivel de ira sube sin control. Hay que buscar una palabra tipo "stop", "serénate", "respira", etcétera, para frenar esta subida de ira que puede llevarnos a situaciones muy comprometidas.
Patricia Ramírez Loeffler, psicóloga y experta en comportamiento personal nos ofrece en el estupendo programa de RTVE "A punto con la 2" una serie de pasos para tratar de controlar nuestra ira y mejorar las relaciones con los demás.
Consejos útiles para controlar nuestra ira
Decálogo para controlar nuestros ataques de ira
- Pregúntate si lo que te enfada es una amenaza real.
- Busca otras alternativas de enfado. ¿Cómo se enfadan otras personas?
- Practica el idioma de las personas serenas. No verbalices frases del tipo "No lo soporto", "Es horrible"...
- Muestra una postura relajada, habla lento y con un volumen conversacional. No se te olvide sonreír.
- Practica alguna técnica de relajación: yoga, mindfulness...
- Entrena tus habilidades sociales, sobre todo la empatía.
- Aprende a ser prudente, antes de ser un bocazas.
- No acumules tensiones.
- Haz cosas que te hagan sentir bien. Disfruta más y pelea menos.
- Ten alguna palabra a mano que te frene. Alguna palabra del tipo "Para", "Espera", "Calma".
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