La sumisión y la docilidad explicada con gestos (con vídeo)
Los gestos y el tono de voz nos pueden dar una idea bastante aproximada de la actitud de una persona
Gestos que nos muestran docilidad, sumisión y obediencia
Una persona con sus movimientos, con su tono de voz, con sus gestos... nos puede dar indicios de su actitud. Alguien que habla con un tono de voz bajo, con una manera de andar pausada nos puede dar pistas sobre su interés por pasar desapercibida. Pero, cada gesto hay que analizarlo según el momento, el contexto y otras factores a tener en cuenta que pueden cambiar su 'significado'. Un gesto de timidez, dependiendo del contexto y otros factores, puede confundirse con uno de docilidad o sumisión. Lo mismo puede ocurrir con muchos otros gestos. Hay que ser muy prudentes 'analizando' los gestos y su significado.
¿Dónde me pongo cuando llego a una reunión o encuentro?
Las personas que entran en una sala y tienden a ocupar los extremos de una mesa, suelen tener una actitud dominante y de protagonismo. Los que tienden a ocupar las esquinas -en los ángulos de la mesa- son aquellas que quieren pasar más desapercibidas, que no quieren destacar.
Gestos que delatan a una persona sumisa
Las manos a la espalda suelen denotar una actitud de sumisión, como suele ser el caso de los camareros, mayordomos, porteros, etc. No obstante, hay que evaluar cada momento, circunstancia y situación. El contexto puede cambiar la interpretación y el significado de algunos gestos.
Te puede interesar: El poder, cuestión de gestos. Los gestos de poder y autoridad (con vídeo)
La forma de saludar también es un buen indicativo de la actitud y docilidad de una persona. La forma de dar la mano es un buen "termómetro" para saber si esa persona es más dominante que sumisa según coloque su mano, por encima de la del otro y por la fuerza que ejerce al apretar la mano.
Hundir la cabeza en el cuerpo y encogernos ligeramente -hundimos el pecho, cerramos las piernas y bajamos la cabeza-, suele ser una señal de sumisión o temor.
Ladear la cabeza dejando nuestro cuello al descubierto, también suele ser un gesto de revela sumisión, docilidad.
Puede ser muy útil reconocer este tipo de gestos de sumisión porque en el fondo son puntos débiles que la otra parte puede aprovechar en una negociación, en la lucha por un ascenso y en muchos otros órdenes de la vida. Si somos esa parte débil tenemos que tratar de erradicar esos gestos, o al menos tenemos que aprender a disimularlos para no tener un hándicap en mucha situaciones de nuestra vida.
Teresa Baró, colaboradora del programa de RTVE Para Todos La 2, y experta en comunicación no verbal nos habla en esta ocasión sobre la sumisión y la docilidad que transmiten algunos gestos.
Ver más vídeos sobre protocolo, etiqueta y buenas maneras.