Transmitir emociones en sociedad. Contagiar emociones en nuestras relaciones sociales (con vídeo)
La persona que se relaciona con los demás puede transmitir emociones de muchas maneras. Los gestos y los movimientos son algunas de estas formas de transmitir ciertas emociones
La comunicación no verbal en nuestro entorno
Qué influencia tienen nuestros gestos en los demás
¿Somos conscientes de la influencia que nuestros gestos tienen en los demás? La forma de expresarnos influye en nuestro entorno. Moverse en sociedad requiere relacionarse con otras personas, con sus emociones y con sus estados de ánimo.
La mayoría de las personas no son conscientes de la importancia que tienen sus gestos y la repercusión que pueden tener en los demás.
Contagiar las emociones negativas
Las emociones negativas se contagian muy fácilmente. El lenguaje corporal transmite más emociones que el lenguaje verbal. Toda nuestra expresión puede reflejar emociones negativas: gestos, miradas, expresión de la cara, fruncir el ceño, etcétera.
Cuando persona está de mal humor, está enfadada, etcétera, no solo su rostro va a reflejar esta actitud negativa, también sus modales y su comportamiento se van a ver afectados, y en consecuencia su entorno también se va a ver perjudicado por esta negatividad.
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Las emociones positivas también se contagian
No obstante, las emociones positivas también se pueden transmitir con el lenguaje de los gestos. Una mirada tierna, una sonrisa sincera, unos brazos abiertos, unas palmas de las manos abiertas, etcétera, son gestos que pueden transmitir positividad.
Si a alguno de estos gestos le acompañamos de un pequeño contacto físico como un beso, un abrazo, una caricia, etcétera, esa positivad se multiplica y el gesto es mucho más efectivo. Se multiplica la eficacia de ese gesto.
Empezar el día sonriendo, caminando de forma alegre, poniendo una cara agradable a nuestros compañeros de trabajo... influye de forma positiva en los demás. Y este efecto positivo se suele multiplicar. Una sonrisa de mañana se multiplica y al final del día puede haber supuesto un punto de partida para el contagio emocional de muchas de las personas que nos rodean.
Alejarse de las personas negativas
Es importante evitar a las personas negativas, a las personas que generan malestar a nuestro alrededor. Si una persona está amargada, es poco sociable, es antipática, es arisca, etcétera, lo mejor es tener el menor contacto posible con ella para evitar un efecto de contagio. Podríamos decir que es una persona tóxica para nosotros.
Aunque la mente tiende a recordar siempre lo malo y lo negativo, nosotros podemos 'saltar' este obstáculo y quedarnos solo con lo bueno de cada gesto y de cada acción. Siempre hay que mirar el lado positivo de las cosas.
Teresa Baró, colaboradora del espacio de TVE "Para todos la 2", nos da unas cuantas pautas para evitar transmitir emociones negativas a los demás.
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