Buena educación en los viajes
Los buenos modales y el buen comportamiento de los niños en los viajes
Reglas de cortesía y comportamiento para los niños que van de viaje
Aquella urbanidad
1. ¿Cómo se porta el niño bien educado en los viajes?
Procurando ser en toda circunstancia la gloria y la corona de sus padres, y demostrando que han logrado darle completa y exquisita educación.
2. ¿Qué reglas observa más particularmente el niño bien educado en los viajes?
Primera. No molestar a nadie en ningún concepto.
Segunda. Soportar con paciencia y disimulo las muchas incomodidades y sacrificios que en los viajes son inevitables.
Tercera. No abusar de la condescendencia de unos ni tratar a otros con demasiada franqueza.
3. ¿Quiénes son los niños que más molestan en los viajes?
Primero. Los caprichosos que van, vienen, interrumpen, preguntan, chillan, etc., sin ton ni son.
Segundo. Los egoístas, que quieren que todos se ocupen de ellos, que los escuchen y que los alaben.
Tercero. Los regruñones que de todo se quejan.
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4. ¿Cómo se porta el niño bien educado cuando viaja, en lo tocante a preguntas y respuestas?
Cuando algo le preguntan contesta lo mejor que sabe y muy amablemente, pero no se atreve a hacer pregunta alguna a gente extraña.
5. Y en lo tocante a los saludos, ¿cómo se porta el niño bien educado?
Se descubre y saluda al entrar en el departamento del tren o el coche, al terminar el viaje, y siempre que entra o sale algún viajero.
6. ¿Con quienes guarda mayores consideraciones?
Con sus papás, a los cuales procura complacer siempre siendo obsequioso, atento y muy obediente.
7. ¿Cómo se porta en los tranvías y demás vehículos?
Con gran corrección y observando siempre los principios de la buena crianza cederá el paso a las personas dignas de respeto y consideración. Si advierte que alguna señora permanece en pie, le ofrecerá su asiento y contestará a sus palabras de gratitud con un respetuoso saludo.
Iba un viajante con otros pasajeros en un vagón y de pronto, encendiendo una gran cigarro puro, dijo a una señora que estaba sentada frente a él:
- Supongo, señora, que no le molestará el humo, ¿verdad?
- No se lo puedo decir, respondió ella, porque hasta la fecha nadie ha fumado delante de mí en los trenes.
Los buenos modales en los viajes de los niños bien educados
Los malos modales en los viajes de los niños mal educados
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