El arte de ser un buen invitado. Cumplir los compromisos sociales.

Cuando una persona es invitada a cualquier acto o evento debe tener un comportamiento correcto y educado.

 

Fiesta. Una fiesta de amigos. Michael Deming

Sugerencias para ser un buen invitado

La mayoría de las personas que viven en sociedad, suelen tener a lo largo de su vida algún que otro compromisos social que cumplir por los más diversos motivos: bodas, comuniones, bautizos, cenas, almuerzos, etc. Cuando una persona es invitada a cualquier celebración o evento debe tener un comportamiento correcto y educado, siempre dentro de los límites de lo natural, nada fingido ni demasiado exagerado.

Aunque las invitaciones pueden ser de todo tipo, vamos a centrarnos en las invitaciones a un domicilio particular (a un almuerzo, merienda, cena, etc.), por cualquiera de los diversos motivos que puedan llevar a realizar este tipo de encuentros.

La primera regla como invitado es llevar un obsequio para los anfitriones. Si sabe que tiene niños pequeños también puede llevar un detallito para ellos. Los obsequios pueden ser diferentes en función del conocimiento que usted tenga de los anfitriones. Si les conoce bien no tendrá problemas en decantarse por su vino -el vino puede trastocar los planes de los anfitriones- o dulce favorito, por su flor predilecta, por su chocolate preferido, etc. Si la invitación es más de compromiso, y apenas conoce a los anfitriones puede optar por regalar un libro, una planta o un vino, licor o dulce de reconocido prestigio para acertar con bastante seguridad. Siempre debe pensar en el anfitrión y no en usted. A veces se hacen regalos pensando en el gusto de uno y no en el gusto de quien va a recibir ese obsequio.

Cuando se acerca el momento, debe llegar a tiempo a la hora que le han especificado, o bien dentro del intervalo de tiempo que le han indicado. No es correcto llegar con demasiado retraso o con mucho tiempo de antelación.

Para poder llegar a tiempo es necesario conocer, con cierta anticipación, el tiempo que se tarda en llegar al lugar desde el punto de donde partirá (su casa, su hotel, su lugar de trabajo, etc.).

Veamos otras características que debe tener un invitado educado.

Un invitado correcto debe evitar:

1. Ser impuntual.

2. No vestir de forma correcta para la ocasión.

3. Ser el centro de atención, monopolizando conversaciones y opinando sobre todos los temas, aunque de muchos no tenga ni la menor idea.

4. Tratar de llamar la atención con un comportamiento ridículo y poco prudente. No es nada correcto ser un excéntrico.

5. Rascarse la cabeza, hurgarse la nariz o la oreja ... y, en general, cualquier otro tipo de comportamiento inapropiado delante de otras personas.

6. Comer de forma atropellada, maleducada o con glotonería. O beber más de la cuenta.

7. No ser educado y amable con los anfitriones y sus invitados.

8. Hablar a voces o con un tono de voz muy elevado.

9. Y en general cualquier comportamiento impropio de una persona bien educada.

Los invitados que no se comportan bien o dan muchos problemas a los anfitriones se suelen "caer" en muchas listas de invitados para otros actos o eventos. Las personas se fijan mucho en estos detalles y suelen estar en boca de todos los invitados "problemáticos".

Por oposición a lo citado anteriormente, un invitado debería:

1. Ser puntual.

2. Vestir de forma correcta para la ocasión.

3. Saber escuchar y hablar en el momento preciso.

4. Comportarse de forma prudente, educada y comedida.

5. Evitar gestos y acciones reservadas para el ámbito más íntimo de las personas -sobre todo las que tienen que ver con la higiene personal-.

6. Comer de forma moderada, tanto en cantidad como en ritmo. Beber de forma moderada.

7. Ser amable y cortés con todos los invitados (aunque no todos le caigan demasiado bien).

8. Hablar con un tono de voz moderado y suficiente para que le oigan las personas con quien conversa no toda la sala.

9. Observar las reglas de educación básicas de cualquier persona educada.

Una persona bien educada y que se comporta de forma correcta, no solo da un buen ejemplo a los demás y una buena imagen de sí mismo, también facilita y simplifica el trabajo de los anfitriones (cosa que agradecerán mucho, seguramente).