Reglas de etiqueta para mantener una conversación en la mesa
¿De qué se debemos hablar cuando estamos sentado a una mesa con otras personas? Depende del tipo de comida al que asistamos
Mantener una conversación en la mesa: buenos modales y buena educación
Temas de conversación para la mesa: ¿de qué hablamos?
La mesa además de ser el lugar donde disfrutar de la comida, también es un punto de encuentro, un sitio donde hablar e intercambiar experiencias con los demás comensales.
Es importante saber diferenciar los tipos de comidas, no por los alimentos que tomamos sino por la gente con la que compartimos mesa y por los objetivos que tiene esa comida.
Un tema de conversación que puede ser apropiado para una comida de negocios, puede que no lo sea tanto para una comida familiar o entre amigos. Veamos un ejemplo:
En una comida de negocios es habitual que se hable de dinero -costos, precios, etcétera-. En una comida familiar o entre amigos puede que hablar de dinero no sea un tema de conversación adecuado. Las famosas preguntas sobre cuánto gana una persona, cuánto le ha costado la casa, cuánto paga por..., etcétera.
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Temas comunes que no se deben 'tocar' en la mesa
Hay una serie de temas que son comunes para cualquier tipo de comida. Bien sea una comida de negocios o una comida familiar. Son lo que podemos denominar los temas prohibidos o tabú para tratar en la mesa. Podemos resumirlos en tres -luego hay otros que pueden ser algo menos comunes-:
1. Las enfermedades y sus 'consecuencias'. No es lo mismo preguntar a una persona qué tal está, por educación, que contar, con pelos y señales, una operación, un tratamiento o algo que no es demasiado agradable. Si alguien tiene interés en saberlo o en contarlo, que lo haga en privado, cuando no estén en la mesa.
2. La religión y las creencias. Estos temas pueden ser una fuente importante de conflictos. ¿Por qué? Por un lado hay gente muy apasionada o entusiasta -por no decir que fanática- que solo entiende sus creencias. Por otro lado, se produce un choche entre el fanatismo de unos y la intolerancia e incomprensión de los otros. Ya está el lío armado. Conclusión, mejor no sacar el tema en la mesa.
3. Ideologías y deporte. Les hemos juntado porque tienen bastante que ver. Es una cuestión de rivalidades. Bien sea en el campo de juego o en el campo político. El equipo -o partido político- contrario siempre es mucho peor que el nuestro. Y en muchos casos es difícil 'mover' a las personas de estas posiciones. Por eso, es un tema que es mejor dejarlo en el cajón.
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La figura del 'pacificador'
Es importante dejar que cada comensal se exprese como quiera, con total libertad. Ahora bien, siempre que sea respetuoso con los demás. Como desgraciadamente, en ocasiones, no suele ser así, es bueno que en cualquier mesa siempre haya una persona que se encargue de controlar la conversación para que no derive en discusión. También, puede ser la persona que proponga un cambio de tema si la cosa no pinta bien.
Hay comensales a los que los temas 'prohibidos' les resultan muy "atractivos". Simplemente les gusta cabrear o molestar a otros comensales. Les parece interesante "caldear" el ambiente tratando temas que saben, de antemano, que molestan o incomodan a otros comensales.
Es bueno contar en la mesa con una persona prudente, razonable, tolerante y comprensiva, además de bien educada, que pueda poner un poco de paz y evitar que algunos de los presentes pueda estropear la comida a todos los demás comensales.
Conejos para conversar de forma cordial con los demás comensales
1. Si somos invitados a una comida, es mejor que no seamos nosotros los que 'abramos' un tema de conversación. Es mejor dejar que lo hagan los anfitriones u otros invitados.
2. Cuando participamos en una conversación en la mesa, las intervenciones deben ser breves. La mesa no es un lugar para hacer discursos o para monopolizar una conversación.
3. Participemos en la conversación de la mesa, en la medida de lo posible. Aunque el tema no sea de nuestro agrado podemos dar una opinión, o bien indicar que no es un tema que nos entusiasme o del que tengamos mucho conocimiento.
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4. Es mejor opinar que criticar. No debemos confundir opinar -idea o concepto sobre algo o alguien- que criticar -expresar opiniones o juicios negativos sobre alguna cosa, hecho o sobre una persona-. En cualquiera de los dos casos, siempre lo haremos con educación y respeto.
5. No se habla a voces. Salvo en mesas pequeñas no podemos hablar con todos los comensales a la vez. Mucho menos cuando estamos en una gran mesa, en un banquete, por ejemplo. Hablamos con nuestros compañeros de mesa que tenemos a nuestro lado y frente a nosotros. Con el resto tendremos que esperar a levantarnos de la mesa al terminar de comer.
6. Hay un refrán popular que dice: "Se dice el pecado, pero no el pecador". Si contamos cosas por 'boca de terceros' no se dice quién nos lo ha contado. Pero lo mejor, es ser discretos. No contar cosas de otras personas, sobre todo cuando no están presentes.
7. Respetar aunque no se comparta. Es toda una 'ley' para cualquier tipo de conversación. En la mesa o fuera de la mesa. No comparto una opinión pero la respeto.
8. No se interrumpe. Hay momentos en los que nos gustaría contestar o replicar a otra persona. Paciencia, debemos esperar nuestro turno. Interrumpir a una persona que está hablando es una falta de educación.
9. Gestos. Cuidado con el lenguaje no verbal. En ocasiones los gestos dicen muchas más cosas que las palabras: un gesto puede servir tanto 'resaltar' o remarcar un mensaje como para molestar u ofender a otra persona.
Resumiendo, la mejor forma de mantener una buena conversación en la mesa -y en cualquier otra parte- es siendo prudentes, educados, respetuosos y teniendo un poco de sentido común.