Temas de conversación apropiados para hablar en distintas ocasiones. De qué hablamos cuando entablamos una conversación
El tema de conversación puede variar mucho en función del grado de confianza que tengamos con las personas con las que hablamos y del lugar donde tenga lugar esa conversación
Qué temas podemos hablar en una conversación más formal, social o entre amigos
Los temas de conversación adecuados para cada ocasión
Las conversaciones son una forma habitual de comunicarse con los demás. Tanto en el ámbito personal, como en el profesional, laboral o empresarial, una conversación supone tener que hablar sobre algo. Aquí está el quid de la cuestión. ¿De qué hablamos?
Entablar una conversación -platicar- con alguien a quien conocemos no suele resultar una tarea demasiado difícil. El inconveniente suele surgir cuando tenemos enfrente a personas que no conocemos. Se nos plantea el reto de entablar una conversación, pero, ¿sobre qué tema? Salvo que sea una conversación fugaz -small talks que llaman los anglosajones- no podemos recurrir al socorrido tema del tiempo (muy utilizado en los ascensores).
Habilidades sociales: saber comenzar y mantener una conversación
Una persona bien educada debe contar con un repertorio más extenso de 'temas de conversación' que un simple 'qué tiempo más bueno tenemos', por poner un ejemplo. Pero cuidado, no debemos hablar de temas que no conozcamos, y mucho menos hacernos pasar por unos expertos en un tema que no conocemos. Las otras personas pueden dejarnos en muy mal lugar si hablamos de un asunto que desconocemos, pero ellos no.
Elegir el tema de conversación apropiado
El tema de conversación puede variar mucho en función del grado de confianza que tengamos con las personas presentes. Si es una reunión familiar podemos tratar temas más personales, pero si la reunión es social tendremos que tratar temas más generales y de interés común para todos, intentando no hablar de personas que no se encuentren presentes.
Si estamos en una reunión profesional, podemos tratar temas mucho más específicos de la profesión, sirviéndonos de enlace para charlar sobre otros temas más generales. Esto no quiere decir que en ciertas culturas, como en la cultura China, por ejemplo, les guste hacer preguntas personales para conocer mejor a su interlocutor. No siempre lo correcto o apropiado en unos países es lo más adecuado en otros.
Los temas de conversación más habituales son los que se pueden considerar 'neutros':
- Libros y música.
- Películas y espectáculos.
- Anécdotas curiosas.
- Temas gastronómicos: comida, vinos, etcétera.
- Mascotas y hobbies.
- En general temas culturales y de actualidad, que no supongan entrar en discusiones políticas, económicas, deportivas o de un matiz similar.
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Temas de conversación que es mejor dejar a un lado
Hay una serie de temas que no deberían sacarse en conversaciones entre personas poco conocidas, como son la política, la religión y el sexo. Tampoco temas que puedan llevarnos a enfados tontos como los deportes de equipo, y por supuesto temas más íntimos de pareja o familia. Las disputas familiares por herencias, favores no prestados, etcétera pueden estropear una bonita reunión familiar, como puede ser la cena de Nochebuena o la boda de un hijo, por poner algunos ejemplos.
Evitemos en las conversaciones entrar en polémicas, valoraciones o juicios de valor. No somos quien para juzgar actitudes o posturas ajenas y distintas a las nuestras. Seamos respetuosos con las opiniones de nuestros contertulios -hay que comprenderlas aunque no se compartan-. En definitiva, debemos descartar cualquier tema que pueda ser motivo de polémica o discusión. Hay que tratar de tener una reunión o encuentro tranquilo, cordial y ameno.
¿Dónde estamos y con quién? Cada lugar puede tener su tema de conversación
El lugar donde tiene lugar la conversación es muy importante, amén de con quién estamos. No es lo mismo estar sentado a la mesa que en una sala de espera. O bien, estar sentado en nuestro asiento del tren, autobús, avión, etcétera.
Temas de conversación apropiados para la mesa
En la mesa, por ejemplo, está totalmente prohibido hablar de enfermedades, de hospitales y de temas similares (por supuesto, nada de accidentes y temas escatológicos). Tampoco debemos hablar de cualquier tema que pueda causar cierta repugnancia a la hora de comer.
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Los temas de trabajo, salvo en reuniones profesionales, también deberían dejarse a un lado. Hablar de cifras, dinero, términos técnicos, etcétera, no es un tema adecuado cuando hay personas que no son de la profesión o no tienen nada que ver con nuestro trabajo.
Tanto en reuniones sociales como profesionales, no suele ser un tema muy ameno contar las aventuras y logros personales de forma insistente. Se pueden contar simplemente anécdotas sueltas, pero no nuestra vida de una manera pretenciosa. Focalizar las conversaciones en uno mismo no suele interesante para nadie.
El tema del dinero es poco elegante. Tampoco es muy correcto presumir de lo que tenemos, de lo que vale tal o cual cosa y de lo que somos. La ostentación, la falta de tacto y la exteriorización de nuestro 'patrimonio', tanto cultural como material, es un comportamiento bastante mezquino.
Nunca debemos aparentar saber de todo. No es malo reconocer que no se dominan todos los temas. Hay que ser discreto, prudente y respetuoso. Es mejor callar y no meter la pata.
Si la conversación toma un tono ligeramente agresivo o se desvía a cuestiones que pueden causar polémica o enfados, hay que tratar de cambiar de tema. Si no es posible, es mejor dejar de hablar del controvertido tema en cuestión que puede dar lugar a situaciones comprometidas o incómodas para los presentes.
Resumiendo, es muy diferente tener una conversación de las llamadas 'de bar' en la que se opina de todo, se polemiza e incluso se discute, que tener una conversación más formal en una sala de espera, con un cliente o en un entorno más 'formal' por decirlo de alguna manera. Hay que tener en cuenta dónde estamos y con quién estamos para saber cuál puede ser el mejor tema para establecer una conversación.