¿A qué hora ir a una fiesta o celebración? No llegar tarde ni demasiado pronto
Cuando nos invitan a un evento o celebración se indica una hora que tiene un motivo. La puntualidad debe ser una prioridad para nosotros como una muestra de respeto y buena educación
Llegar puntuales a las celebraciones o eventos a los que hemos sido invitados
El tema del horario para asistir a fiestas, celebraciones y otros eventos suele estar rodeado de muchos 'mitos' o leyendas urbanas. Pero, solo hay que recordar que la puntualidad consiste en llegar a un lugar a la hora convenida. Aquí es donde surgen las 'interpretaciones'.
¿Cuál es la hora convenida?
La que se indica en las invitaciones. Si la invitación nos la han enviado -vía postal, correo electrónico, etc.-, la que ponga en ese escrito. Si nos han invitado de forma verbal, personal o telefónicamente, la que nos hayan dicho.
Dependiendo del tipo de evento o celebración, este horario puede ser flexibe. Es decir, puede haber un cierto margen. Es decir, si hacemos una fiesta en casa o en cualquier otro sitio y llega todo el mundo al mismo tiempo, no sería posible recibir a todos de forma apropiada. Por lo tanto, los organizadores o anfitriones cuentan con un intervalo de tiempo en el que reciben a los invitados.
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Sin embargo, si el evento es una presentación de un producto o servicio, una conferencia o un acto similar, la puntualidad debe ser británica. Por lo tanto, hay que llegar un poco antes para que el acto pueda empezar a su hora.
Los minutos de cortesía, ¿una descortesía?
Son muy polémicos estos minutos. ¿Por qué? Porque son injustos para las personas que han sido puntuales. Si nos esforzamos en llegar a tiempo, tener que esperar por los que no llegan puntuales no es demasiado considerado con los que han sido puntuales.
Los minutos de cortesía pueden 'justificarse' -si es que alguna vez son justificables- cuando falta el invitado principal, o algún invitado que tiene una participación directa o relevante en ese acto o celebración.
Los invitados anticipados
Casi es tan poco apropiado llegar tarde como llegar demasiado pronto. Anticiparse demasiado puede resultar poco oportuno.
Si vamos a una casa como invitados, puede que los anfitriones estén haciendo los últimos preparativos. O ellos mismos estén terminando de arreglarse.
Si la celebración es un establecimiento público, es muy posible que los anfitriones u organizadores no hayan llegado.
Concluyendo, los horarios están para cumplirse. Lo que ocurre es que hay ciertos eventos o celebraciones que admiten un cierto margen que podemos denominar operativo. La llegada escalonada de invitados es necesaria.