Cómo sentirnos menos incómodos: sugerencias para distintas situaciones sociales que nos incomodan
Es normal y necesario relacionarse con otras personas en todos los ámbitos. Familiar, laboral, social... Pero en el plano social hay personas a las que les cuesta más
Consejos para superar el temor a equivocarse en distintos contextos sociales. Domina la escena social
Lo que algunas veces calificamos como torpeza, en la mayoría de los casos, no son más que nervios e inexperiencia. Nos encontramos bloqueados y no sabemos bien lo que hacer. Vamos a ver cómo podemos mejorar nuestra interacción social.
Si nos resulta difícil 'conectar' con la gente en diversas situaciones sociales, no vamos a pensar que somos muy raros. Hay muchas personas como nosotros. La buena noticia es que podemos mejorar nuestras habilidades sociales practicando. Veamos algunos consejos que nos pueden ayudar a mejorar estas habilidades sociales.
Escuchar el doble de lo que hablamos
Si practicamos la escucha activa estaremos dando a la otra persona la atención que se merece. Cuando se presta atención, le estamos diciendo a la otra persona que nos interesa lo que está contando. Esto genera actitudes positivas. Si además, cuando termina de hablar le hacemos alguna pregunta interesante, estamos conectando mucho más con esa persona.
La importancia del lenguaje corporal
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Nuestro cuerpo 'habla'. Nuestra postura y nuestros gestos pueden decir mucho sobre cómo nos sentimos: cansados, aburridos, enfadados, etcétera. Este 'lenguaje no verbal' lo estamos transmitiendo, aunque no queramos, a la persona que habla. Estas señales que estamos enviando pueden distanciarnos de nuestro interlocutor si no son las adecuadas. Vamos a tratar de mantener una postura corporal correcta, abierta y relajada, procurando no hacer ningún gesto de cierre, como cruzar los brazos o las piernas. Un gesto muy importante: hacer contacto visual intermitente con la persona que habla.
Practicar y cultivar la empatía
La empatía es la palabra de moda. Es la capacidad de comprender y compartir los sentimientos de los demás. Lo que popularmente se suele decir, ponerse en la piel del otro. La empatía hace que las personas sean más sensibles, comprensivas y tolerantes.
Tener seguridad y autoaceptarse tal y como somos
Es correcto y apropiado respetar ciertas reglas y convenciones sociales. Pero no podemos estar constantemente pendientes de lo que piensen los demás. Este pensamiento nos hará estar más nerviosos, tensos y menos relajados, lo que jugará en nuestra contra. No debemos ser demasiado exigentes con nosotros mismos. Autoexigirnos demasiado puede tener consecuencias negativas. Si somos demasiado exigentes podemos generarnos mucha inseguridad y perdernos en el camino para lograr nuestras metas y objetivos.
Ser vulnerables o frágiles no es malo
No tenemos que hacernos los 'duros' delante de los demás. Una cosa es protegerse ante posibles críticas e incluso algunos rechazos. Otra, no aceptar que podemos pasar por momentos especiales o complicados y demostrar nuestros sentimientos. Aunque no lo creamos, este tipo de situaciones suelen generar buenas relaciones sociales cuando estamos con personas empáticas y comprensivas.
Anticiparse y practicar. Concentrarnos en nuestros puntos fuertes y potenciarlos
Si alguna situación social nos incomoda podemos practicar. Seguro que hay alguna cosa que se nos da mejor que otra. Potenciemos estos puntos fuertes. Practiquemos la sonrisa y el lenguaje corporal. Si nos hacemos fuertes con las cosas que se nos dan bien, nos ayudará a sentirnos más seguros y cómodos en cualquier situación social.
No le demos demasiadas vueltas a las cosas
Si le damos muchas vueltas a las cosas nos acabaremos generando una ansiedad que no mejorará nuestras habilidades sociales. Incluso, podrá empeorarlas. El 90% por ciento de las cosas que pensamos que van a suceder, nunca suceden. Hay que dejar de lado este tipo de pensamientos que nos generan estrés y nerviosismo. Todo el mundo comete errores. Es una de las formas naturales de aprender.
Evitemos las comparaciones con los demás
Es fácil caer en la trampa de compararse con los demás, sobre todo en situaciones sociales. Lo hace hasta nuestra familia. Mira tu primo que tiene tu misma edad y es tal. O ha hecho estas cosas. O tiene una familia estupenda. Esto puede ser una fuente importante de ansiedad e inseguridad. Cada persona somos de una manera diferente. Esta diferencia es la que nos hace únicos. No mejores, ni peores, sino diferentes.
Encontrar puntos en común
Una forma de sentirse más cómodo con otras personas en diversas situaciones sociales es encontrar puntos en común. Es una buena manera de comenzar una conversación. Si nos presenta una persona que sabe hacerlo bien, es posible que nos facilite esta 'entrada'. Mira te presento a Roberto, amante de la pesca y aficionado a los deportes del motor. Una presentación así nos ayudará a romper el hielo y nos facilitará el inicio de una conversación.
Tomarse un descanso si lo necesitamos
En ocasiones, para no ponernos al límite, es mejor tomarse un descanso. Salimos a dar un paseo, nos retiramos unos minutos al baño o salimos a la terraza o jardín. Este tipo de gestos nos pueden ayudar a recargar nuestras 'pilas' y reflexionar un momento tranquilamente. Nada es tan grave ni dramático que no podamos superar.
Terminaremos diciendo que este miedo a las situaciones sociales es casi universal. Sobre todo cuando son situaciones desconocidas. Unos tienen más miedo, otros tienen menos y muchos otros lo disimulan muy bien. Vamos a tomarlo con calma y aprender poco a poco a controlar este miedo y disfrutar más de nuestras relaciones sociales.