El hábito de la amabilidad
La persona amable casi siempre es generosa y, por lo tanto, no es egoísta, sino que le agrada ayudar a sus semejantes para que se sientan mejor
Ser amable
Para muchas personas, la amabilidad es algo obsoleto y algunos jóvenes hasta se burlan de ella.
La amabilidad es una cualidad del ser humano que busca, no hacerse el simpático para granjearse la buena voluntad de otras personas, sino ser generoso, solidario, compasivo y afectuoso con los demás por convencimiento.
Las personas amables, por lo general, sonríen espontáneamente y son joviales. Por consiguiente, de trato agradable.
Vale la pena crear el hábito de la amabilidad
Es una lástima que en la actualidad, algunos padres y maestros no se preocupen por inculcar a los niños buenas maneras y consideración hacia sus semejantes, especialmente hacia las personas mayores.
La persona amable casi siempre es generosa y, por lo tanto, no es egoísta, sino que le agrada ayudar a sus semejantes para que se sientan mejor.
Es frustrante llamar a una empresa y que le contesten con un lacónico: ¿Oigo? ¿Dígame? ¿Bueno? Pero, peor es llegar a una sala de espera en la que se encuentran personas mayores, saludar, y que nadie o casi nadie conteste el saludo.
El respeto y las buenas maneras hacen que una persona sea considerada amable, lo contrario ocurre con los altaneros, agresivos, violentos o indiferentes.
La amabilidad, aunque para muchos esté pasada de moda, genera respeto y hace la vida más placentera.
Vale la pena crear el hábito de la amabilidad.