La oportunidad de la importunidad

Hay personas y acciones que son inoportunas por naturaleza y no por casualidad. Veamos algunos ejemplos

 

Reloj. Reloj gigante. bmb

Las personas inoportunas. Cómo llegar en el momento equivocado

Hay momentos en los que una visita, una simple llamada de teléfono o cualquier otra acción similar puede ser de lo más inoportuno. Hay personas y acciones que son inoportunas por naturaleza y no por casualidad. Veamos algunos ejemplos.

Respetar los horarios

La hora de almorzar o la hora de cenar no son horarios admisibles para hacer una visita, ni para una llamada de teléfono. Tampoco debe ser interrumpida, la hora del desayuno o de la siesta, por ninguna otra razón a no ser que sea algo muy urgente. Los horarios de las comidas, de dormir y las horas tempranas de los días de fiesta no son horas para recibir visitas o llamadas.

No solo deben respetarse los horarios en la vida privada, sino también los de los establecimientos comerciales y oficinas. No se debe acudir a última hora a un establecimiento, a un profesional o a cualquier otro tipo de negocio si la gestión va a llevar un tiempo y está a punto de ser la hora de cerrar. No se puede molestar a los empleados haciéndoles permanecer más tiempo del que deben en su puesto de trabajo.  En la mayoría de los casos, solo se entretiene por echar una ojeada a una mercancía o a un determinado artículo sin tener la intención de comprarlo.

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Cuando hay enfermos u otras circunstancias especiales en una casa, hay que tener cuidado e informarse bien para no molestar y ser inoportunos.

Obras, reformas, cambios y otras circunstancias

No es bueno molestar cuando en una casa o en un negocio se está haciendo algún tipo de cambio, de reforma o de obra. Si no es nada urgente, hay que dejarlo para un momento posterior.

No debe insistir cuando se hace una llamada tanto al timbre de la puerta como al teléfono y nadie contesta. Cuando no abren una puerta o cuando no responden  a una llamada puede ser que estén ocupados en otros menesteres. Es bastante habitual que suene el teléfono o el timbre de la puerta cuando se está en el baño, cuando está con las manos ocupadas o haciendo algo que no puede dejar en ese momento -Ley de Murphy-. Quien llama no debe insistir y debe intentarlo un poco más tarde.

Si quien contesta al teléfono o abre la puerta está ocupado o estaba haciendo algo importante, porque usted lo ve o porque se lo dice, lo mejor es disculparse e indicar que llamará o pasará en otro momento. No debe interrumpir nunca con una visita o con una llamada inoportuna a otras personas.

Si quien es inoportuno debe ser educado, la persona a la que se importuna también debe serlo y no debe responder de forma arisca o maleducada. Tampoco debe mostrar contrariedad, ni lanzar expresiones del tipo "no podía haber llegado en peor momento" o lindezas similares. Incluso, debe disculparse por no poder atender esa llamada o esa visita, pero de buenas maneras y sin malos gestos.

Son muchas las situaciones en que de forma consciente o inconsciente una persona puede ser inoportuna con una visita o con una llamada -es posible que interrumpa una reunión familiar o de amigos, un partido de fútbol, el visionado de un película, etcétera-. La primera, la consciente, es imperdonable; la segunda, la inconsciente, es disculpable. En ambos casos, lo más educado es pedir disculpas y dejar la visita o llamada para un momento posterior más oportuno.