Mentimos constantemente. ¿A qué personas mentimos más? ¿Qué personas son las más mentirosas?

Las mentiras nos acompañan duranta toda nuestra vida aunque nos hayan enseñado que mentir es malo

 

Las mentiras son una constante en nuestra vida, aunque no deben ser una forma de vida. Mentimos constantemente, incluso a las personas que más queremos, por no hacerlas daño, por ejemplo protocolo.org

Las mentiras: un hábito cotidiano y bastante extendido

Desde pequeños nos enseñan que mentir está mal, pero la realidad es que todos mentimos con cierta regularidad, incluso sin darnos cuenta. Un estudio realizado en la Universidad de Notre Dame en Estados Unidos sobre la mentira, reveló algunas curiosidades sobre este fenómeno tan común y arraigado en nuestra conducta. La más significativa es que las mentiras están a la orden del día.

La primera revelación es que, de promedio, decimos 11 mentiras por semana. Puede parecer una cifra alarmante, pero demuestra que las mentiras forman parte de nuestras interacciones diarias, ya sean mentiras piadosas, exageraciones o pequeñas omisiones de la verdad. A veces, una media verdad, es casi peor que una mentira.

A quién mentimos más

Curiosamente, tendemos a mentir más a las personas que no conocemos. Esto podría deberse a que, con los extraños, nos sentimos menos comprometidos a decir la verdad y es más fácil mantener una fachada o imagen idealizada de nosotros mismos.

Otro hallazgo interesante es que las personas extrovertidas mienten más que las introvertidas. Esto podría explicarse por su tendencia a socializar más y, por lo tanto, tener más oportunidades para mentir en situaciones sociales.

La mentira, ¿tiene género?

Además, el estudio reveló que hay diferencias de género en los motivos para mentir. Las mujeres suelen mentir para proteger a otros o evitar herir sentimientos, mientras que los hombres tienden a mentir más para preservar su propia imagen o estatus.

La hora del día también es relevante

Otra curiosidad es que mentimos más al final del día. Esto puede deberse al cansancio acumulado y la disminución del autocontrol, lo que nos hace más propensos a tomar atajos o evadir la verdad.

Finalmente, el estudio encontró que cuando conocemos a alguien por primera vez, en los primeros 10 minutos de interacción ya hemos mentido tres veces en promedio. Esto demuestra nuestra tendencia a querer causar una buena impresión inicial, incluso si eso implica distorsionar la verdad.

Como hemos dicho hasta ahora, se demuestra que las mentiras son una parte inevitable de la vida y las interacciones humanas. Aunque no siempre son deseables, a veces nos servimos de ellas como una herramienta para poder movernos en sociedad. Sin embargo, también es importante ser conscientes de nuestras propias mentiras y tratar de ser honestos en la medida de lo posible, especialmente con aquellos que son cercanos a nosotros.

Vídeo: Decimos 11 mentiras a la semana y otras curiosidades