Un tiempo de cortesía
El tiempo de cortesía es una "prórroga" que se da sobre la hora prevista para un acto, representación, reunión...
Esperar unos minutos de cortesía
La famosa "puntualidad británica" no es la norma que predomina en algunos países del mundo. La falta de puntualidad tiene un componente cultural muy importante. Ahora bien, hay que tener en cuenta el contexto y las circunstancias determinadas para poder valorar cada situación en particular.
En la mayoría de los países europeos la puntualidad es una regla de obligado cumplimiento si queremos mantener una buena reputación. No obstante, suelen ofrecer hasta quince minutos de tiempo de cortesía, como una muestra de condescendencia.
Si hablamos de España, Grecia e Italia, la fama les precede. Aunque suelen ser puntuales, siempre tendrán una disculpa a mano para justificar un retraso. Aquí el tiempo de cortesía suele ser algo mayor que el de sus vecinos europeos, hasta veinte o treinta minutos se pueden conceder como tiempo de cortesía.
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Si nos vamos a los países orientales, la puntualidad es un tema muy importante. Son culturas que conceden una gran importancia a todo lo que tiene que ver con el ceremonial, el respeto y las buenas costumbres, por eso la puntualidad es una de sus principales reglas de cortesía a respetar.
Ante una cita para cualquier tipo reunión o de evento llegar tarde podría ser considerado como una falta de respeto, amén de hacernos perder nuestra buena reputación ante ellos. Hay que tener una puntualidad máxima en estos países orientales si queremos gozar de su aprecio y respeto. Aunque nos concederán un tiempo mínimo de cortesía, la falta cometida nos será tenida en cuenta.
En lo que se refiere a los países de América Latina, el retraso no es una norma, pero si puede estar "mejor visto" que en cualquier otro país del planeta. Hay demasiados tópicos sobre la "tranquilidad" de los latinos, pero es más tópico que realidad. Los que peores críticas reciben a este respecto son los mexicanos. En la mayor parte de todos estos países esperar hasta media hora como tiempo de cortesía no es nada extraño.
Lo que hemos comentado sobre la puntualidad tiene sus excepciones: no es lo mismo la puntualidad en el ámbito laboral o empresarial que en el ámbito social. Aunque siempre hay que ser puntuales la impuntualidad social está menos mal vista; incluso, en algunos países, puede ser una costumbre consentida. Algunos ejemplos: es bastante habitual que las novias lleguen un poco tarde a la iglesia; es tolerado que un invitado no llegue demasiado puntual a una fiesta para no ser tachado de impaciente o de glotón; se suele ser muy condescendiente con los invitados "famosos" o de cierta "categoría" que no suelen ser muy puntuales. Hay muchos casos en los que la espera es permitida y consentida, aunque no por ello es correcto este comportamiento.
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Si hay que considerar que el famoso " tiempo de cortesía " es, a su vez, un pequeño "agravio" para las personas puntuales. Muchas de ellas se habrán esforzado para llegar a tiempo -a la hora prevista- y al final tendrán que perder unos minutos de su tiempo por culpa de los impuntuales.
Todos nos tendríamos que hacer esta pregunta: ¿Qué pasaría si en el transporte público -aviones, trenes, barcos, autobuses, etc.- se diera un tiempo de cortesía? ¿O si se diera también un tiempo de cortesía en los espectáculos públicos? Además de organizarse un verdadero caos, nadie llegaría puntual sabiendo que podrían contar con un tiempo "extra" sobre el horario oficial.