Uso del teléfono móvil en los espacios públicos: Un equilibrio entre utilidad y respeto. Los teléfonos celulares y los espacios públicos
El teléfono móvil-celular es una nueva barrera social. Su uso en espacio públicos puede perturbar la paz y la tranquilidad en muchos ámbitos de nuestra vida cotidiana
¿Estamos perdiendo la conexión con el mundo real?
Los teléfonos móviles se han convertido en una extensión de nosotros mismos. Nos acompañan a todas partes y nos permiten conectar con el mundo en todo momento. Sin embargo, este uso omnipresente del teléfono celular-móvil ha generado un nuevo debate: ¿hasta qué punto es adecuado utilizar el móvil en los espacios públicos? Su uso indiscriminado en espacios públicos ha provocado tensiones y molestias para quienes nos rodean.
A todo volumen: las molestias de hablar muy alto
Una de las prácticas más molestas es mantener conversaciones en modo altavoz manos libres en lugares concurridos. Estas conversaciones a menudo interrumpen la tranquilidad de los demás y pueden resultar intrusivas, especialmente en entornos como restaurantes, baños o medios de transporte público. Además, cuanto más ruido, más se eleva el volumen de la voz.
También, algunas personas reproducen en sus dispositivos vídeos o música a un volumen muy alto, alterando el ambiente de los espacios compartidos. Si ya es molesto que lo haga una persona, ¿podemos imaginar lo que sería si lo hiciera la mayoría de la gente? Sería insoportable.
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Desconexión social
Otra preocupación es la desconexión social causada por amigos o familiares que priorizan el uso de sus teléfonos sobre la interacción cara a cara. El uso excesivo del celular - móvil en presencia de otras personas puede llegar a generar una desconexión social peligrosa. Priorizar las interacciones digitales sobre las reales puede llegar a erosionar nuestras relaciones sociales y fomentar un sentimiento de aislamiento, incluso cuando se está físicamente acompañado.
La seguridad también puede estar en riesgo
Utilizar el teléfono celular-móvil mientras realizamos actividades como conducir o echar gasolina (suele estar prohibido en casi todas las gasolineras) no solo es irresponsable, sino que también pone en riesgo nuestra seguridad y la de los demás.
Asimismo, el uso de auriculares al caminar en público puede provocar una falta de conciencia del entorno, lo que podría derivar en situaciones de riesgo, al no poder recibir una señal de alarma como un grito de aviso, un toque de claxon de un automóvil, etcétera. Este aislamiento y falta de atención también puede perjudicar a otras personas. Quién no se ha tropezado o ha sido 'atropellado' por una persona que iba únicamente atenta a su teléfono celular-móvil.
Respetar la privacidad
Una regla de etiqueta que no debemos olvidar es revelar cuándo una conversación se realiza por manos libres-altavoz, garantizando la privacidad de ambas partes involucradas. Es de lógica, que en público, debería evitarse este modo de manos libres si queremos mantener la privacidad de la conversación.
La solución está, como casi siempre, en encontrar un punto medio. Es importante encontrar un equilibrio entre el uso razonable del celular-móvil y la interacción social en los espacios públicos. Hay que hacer un uso responsable de una herramienta que es de gran utilidad para muchas tareas de nuestra vida personal y profesional. Solo hay que aprender a utilizarla adecuadamente.
Si necesitamos hablar por teléfono, podemos hacerlo en un lugar apartado y a un volumen bajo. Debemos ser conscientes de nuestro entorno y del contexto. No es lo mismo tener una conversación con un amigo que hacer una llamada de emergencia para pedir ayuda. Si todos ponemos un poco de nuestra parte, podemos lograr una convivencia más cordial y agradable para todos.